Los buscadores de loto
Al comprar una casa en la isla de Hidra, la escritora Charmian Clift cumplió un sueño largamente acariciado: echar raíces en un puertecito de aguas cristalinas, luz cegadora y costumbres sencillas, lo más parecido a un paraíso en miniatura. Allí, Clift y su marido pronto ocuparon el centro de una comunidad de artistas y bohemios, soñadores y vagabundos que buscaban en Grecia una vida barata y sin ataduras, consagrada a la creación o a la vagancia. Entre ellos destacaría un todavía desconocido Leonard Cohen, al que el matrimonio acogió e inspiró con su ejemplo. Pero, como todo paraíso terrenal, el de Clift tenía un precio. Los días se le iban en poner coto al caos doméstico y en cuidar de sus tres hijos, los ingresos que generaban los derechos de autor eran exiguos, y las tabernas y el alcohol eran una distracción constante. Después de los pobres creativos llegaron los ricos y sus yates, y un buen día una legión de norteamericanos desembarcó en Hidra para rodar una película de Hollywood. Aquel rincón idílico se había convertido en una isla chic.
Temas propuestos
Septiembre y octubre
Junio, julio y agosto
Hasta "Junio", incluido
“Vivir al sol es reparador. Todo está abierto, todo se revela. Aquí no hay engaño posible, sino la pura verdad de las cosas. Creo que ninguna belleza ha sido nunca tan auténtica para mí como esta...
Hasta el capítulo "Marzo", incluido
Queridas viajeras, queridos viajeros:
Iniciamos estancia lectora en Hidra, una pequeña isla árida y espectacularmente hermosa, de la mano de la escritora Charmian Clift.
Para situarnos, nada...