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Fortunata y Jacinta, segunda parte: III y IV

Libro que estamos comentando: 
Fortunata y Jacinta

Continuamos esta semana avanzando por la segunda parte del libro con dos capítulos bien enjundiosos. No voy a poder evitar hacer otra breve referencia a La Regenta, libro que leímos hace poco también en el club de lectura (las comparaciones resultan bien interesantes, creo). 
Antes que nada, espero que estéis bien de salud y de ánimo, vosotros y vuestra gente.
Vamos al lío.
 
Capítulo III. Doña Lupe la de los Pavos
Dejamos las espadas en alto la semana pasada, así que supongo que estáis deseando saber cómo transcurre esta conversación esperadísima. Y yo tengo que andar con mucha cautela para no destripar las páginas que llegan y alimentar vuestra curiosidad.
Conoceremos algo más a Lupe, ya sabéis cómo es Galdós, no puede resistirse a contar la historia de un personaje (y prolongar la espera del lector mientras suma tensión narrativa a la trama), y si es posible contarla completamente, antes de meterse en harina. De todas maneras es bien interesante esto que hace porque uno comprende mejor la hondura y el significado de la conversación posterior. Y claro, a cada paso, Galdós no puede evitar jugar con el lenguaje, poner algo de humor, etc. Así, gracias a esto, sabemos que Jáuregui, el difunto marido de la tía Lupe, "era tan honrado, pero tan sosamente honrado, que no dejó al morir más que cinco mil reales." (p. 664)
Pero no hay mal que cien años dure y pronto entra la historia en la anhelada conversación, y allí veremos argumentos muy bien plantados de una parte y de otra, especialmente de Maximiliano, de hecho tanto roza lo inverosímil que Galdós pone en voz de Lupe "No me engatusarás con palabritas. Vaya que de la noche a la mañana has aprendido unos términos y unos floreos de frases que me tienen pasmada..." (p. 670).
Además de lo que ocurre en dicha conversación es muy interesante (en mi opinión) ese símil que hace Galdós con la actualidad y la política: "Sentía desvanecida su autoriadad sobre el enamorado joven; veía una fuerza efectiva y revolucionaria delante de su fuerza histórica, y si no le tenía miedo, era innegable que aquel repentino tesón la infundía algún respeto." (p. 672) Así pues no es cosa de esto es así porque lo digo yo, aquí hacen falta argumentos, y esto, tratándose de amor, es bien complicado. Veréis que este símil aparece en varias ocasiones (y que bien puede aplicarse al momento histórico o al actual).
Creo que no he destripado mucho del capítulo, a ver qué os parece y qué comentáis.
 
Capítulo IV. Nicolás y Juan Pablo Rubín. Propónense nuevas artes y medios de redención
Llegan los otros dos hermanos Rubín, los estábamos esperando para el asunto de la herencia (que es vital para Maximiliano y sus planes, como podéis deducir). Conocemos apenas a Juan Pablo, anda todo el día de picos pardos (y bastante resentido con Nicolás, como se verá, por cuestiones políticas) y el capítulo se centra, sobre todo, en Nicolás. 
Aquí es donde vuelvo a citar a La Regenta. Recordad cómo se hablaba allí de los curas y, a pesar de las críticas (que las había y, de hecho, son muy relevantes para la trama) nunca nos habíamos encontrado con un cura como el que nos presenta Galdós. Es en verdad una caricatura brutal. (Insisto en que no quiero destriparos nada, pero, es que llama la atención. Mucho.)
Más allá de estos detalles hay un asunto bien interesante que trama estos capítulos con los anteriores: cada una de las personas que acaba yendo a ver a Fortunata encuentra en ella "alguien a quien salvar" (además de alguien extremadamente hermosa). Es muy interesante porque eso pone en un determinado lugar a dichos personajes (cuyas identidades no desvelaré aquí para no destripar, vuelvo a insistir) y también justifica muchas de las cosas que hacen y dicen, y muchas de las cosas que ocurren en la historia. Pero es bien interesante pensar que quizás Fortunata no necesita ser salvada, más bien lo que ella necesita es que no se aprovechen de ella (que es, exactamente, lo que le ha ocurrido hasta ahora).
En fin, os dejo tranquilas, tranquilos, para que os pongáis a leer y comentéis vuestras impresiones.
 
Espero que estaréis bien de salud y de ánimo.
Saludos
Pep Bruno