Fortunata y Jacinta, segunda parte: I y II
Hola a todas y todos, espero que estéis bien de salud y de ánimo. Me gusta pensar que el ratito que dedicáis al club de lectura es como un remanso de cotidiana normalidad en estos tiempos extraños que estamos viviendo. Pero dejemos ya el preámbulo y vayamos al lío que la cosa empieza a ponerse muy emocionante.
PARTE SEGUNDA
Capítulo I. Maximiliano Rubín
En este capítulo conoceremos a los Rubín y, entre ellos, a Maximiliano, Maxi, Rubín. Este pobre personaje es un cuadro "tan desfavorecido por la naturaleza que física y moralmente parecía hecho de sobras." (p. 581). ¿Y a santo de qué conocemos ahora a este muchacho?, os preguntaréis, pues bien, resulta que Maximiliano Rubín va a ser la puerta por donde lleguemos, por fin, a Fortunata.
El contraste entre la hermosura de ella y las trazas de él es desproporcionado: pareciera que todo lo que a él le afea a ella le hace bella. Y, al mismo tiempo, creo que Galdós también trata de hacer un paralelismo en el aspecto moral (al menos para la época, porque creo que él también trata de hacer una crítica ahí) donde también nos encontraríamos en un contraste entre lo que ella es, ha sido, y lo que él es, quiere ser. Y digo que en este segundo aspecto creo que Galdós trata de hacer una crítica (en mi opinión, bastante avanzada para la época), porque quizás ni él sea tan bueno ni ella sea tan mala (aunque donde más se percibe todo esto es en el siguiente capítulo). Tengo mucho interés en saber vuestra opinión al respecto.
Por cierto, por abundar en esta cuestión: fijaos de nuevo en el valor simbólico del asunto de la hucha, ese elemento que representa una manera de ser y de vivir y que acaba rota, falseada, en cuanto Fortunata entra en la vida de Maximiliano.
Capítulo II. Afanes y contratiempos de un redentor
La verdad es que el título lo dice todo, porque este capítulo nos cuenta exactamente eso, los afanes y los desvelos de Maximiliano Rubín en su empeño por salvar a Fortunata.
En el segundo pasaje de este capítulo hay un momento bien interesante, un paralelismo en el que podemos reconocer otro momento vivido en el libro: Maximiliano le pide a Fortunata que le cuente cómo ha sido su vida amorosa antes de él (exactamente como ocurrió a Jacinta con Juan Santa Cruz en su viaje de novios), y en el transcurrir de este pasaje podemos ver una gran diferencia entre uno y otro momento de la novela, pues mientras Juanito oculta y no entreabre su corazón (al menos hasta la noche en la que se emborracha y afloja los topes), Fortunata cuenta sin omitir detalle (de hecho el propio Maxi le pide que no cuente algunas cosas). Quizás esto suma con lo que os comentaba en el capítulo anterior sobre la superioridad moral (o no) de unos y otros personajes: desde luego no podemos decir que Fortunata no sea honesta, no sepa qué ha hecho y por qué, no sepa dónde está y cómo ha llegado hasta aquí. A su lado Juanito calla y oculta y Maximiliano teme decir nada a su propia tía Lupe, que es como una madre para él.
Pero centrémonos en Maximiliano. Veamos cómo va cambiando este personaje a lo largo de estas páginas, cómo se va afirmando, cómo crece, al menos en su propia opinión. ¿Hay en este segundo capítulo una intención por parte de Galdós de hablarnos de las virtudes del amor?, ¿o esto que siente Maximiliano no es exactamente amor (idolatra, adora, admira...)?, ¿puede existir amor sin que este sea correspondido?
Este capítulo es, en verdad, muy interesante. Los planes de Maximiliano son exactamente eso, los planes de Maximiliano, ¿y cuáles son los planes de Fortunata? En las últimas páginas la cosa toma un cariz bien interesante en este sentido (y en otro, y si no que se lo pregunten a Lupe).
Tengo mucho interés en saber vuestra opinión sobre esta "redención" que se propone Maximiliano, cómo la justifica y cuál es el papel que asigna a Fortunata. Y también vuestra opinión sobre qué va a hacer Fortunata y cómo se va a resolver este nudo que aquí se presenta.
Os leo en los comentarios.
Feliz semana de lectura, cuidaos mucho y tened mucho ánimo.
Saludos
Pep Bruno