Cuarta parte: el desenlace
Libro que estamos comentando:
La piel fría
"Era un día cualquiera, un día más en el faro". Una extraña normalidad había transformado en rutina la vida cotidiana de los habitantes encerrados en la seguridad del edificio.
Por razones desconocidas había disminuido la actividad citauca. Sin embargo la costumbre adquirida durante meses (la novela no hace referencia expresa al tiempo transcurrido pero sí refleja lo notorio de los cambios de estación) les obliga a realizar acciones automáticas. Battís trabaja para no pensar.
El oficial atmosférico advierte que ambos se encuentran en un callejón sin salida, que ciertos detalles como la presencia de las criaturas jóvenes o la desaparición de la escopeta pueden obedecer a un intento de acercamiento, de comunicación entre dos especies distintas entres sí pero que una de ellas, en este caso los humanos, son los invasores en un territorio que les pertenecía a sus primitivos habitantes, los citaucas.
Un cambio brusco, uno más, se produce en el argumento cuando en una misma acción, la búsqueda en el interior del barco hundido de la dinamita, coincide con el encuentro de las jóvenes criaturas. El odio y la desesperación que les lleva a utilizar un arma de destrucción indiscriminada como es la dinamita, les acerca sorprendentemente a un descubrimiento que cambia totalmente la percepción de sus supuestos enemigos nocturnos.
La presencia durante el día de los niños citauca es percibida como un barómetro de la violencia, como un escudo o garantía de que, mientras estén allí, los adultos no atacarán por la noche.
La tregua tácita coincide con el cambio de estación. El frío deja paso a la esperanza de la primavera. Sin embargo la débil solidaridad fraguada durante las luchas nocturnas entre Battís y Kollege afectan a ambos de distinta manera, Uno se cierra en sí mismo y en la oscuridd del faro, y el otro se adentra en una especie de comunión con la naturaleza de la isla, dirigida especialmente hacia las criaturas y hacia Aneris (¿sirena al revés?) en particular.
La violencia en el exterior se traslada al interior del faro mientras que ambos humanos exacerban sus posiciones. El desenlace inevitable se resuelve de forma trágica y no especialmente feliz. Cuando la tensión externa se debilita, afloran las certezas y desaparecen las incertidumbres.
El final de la novela, con su planteamiento circular y su significado simbólico, sorprenderá a más de uno. ¿Sirve para explicar el pasado, la presencia de Battís Caffó en la isla?¿Puede sugerir cúal va a ser el futuro de los dos nuevos habitantes de la isla? El desenlace deja abiertos muchos interrogantes.
"Nada es gratuito en esta novela; quería unos personajes muy nítidos, todo está muy trabajado y nada resulta casual. La novela no te permite ningún elemento gratuito, te tienes que ganar el lector por KO desde el primer momento".