El mar, el mar, y IX
Hola a todas y todos, terminamos la lectura de El mar, el mar, este libro descomunal con el que hemos disfrutado estos dos últimos meses, espero que os haya resultado una lectura bien entretenida. Hoy, como os anticipé la pasada semana, vamos a leer el último capítulo del libro, el "Post scriptum. La vida continúa", apenas unas cuarenta páginas en mi edición (pp. 697-732).
ESTA SEMANA
Este capítulo final viene a ser un anticlímax (habitual en obras clásicas como la Odisea, por ejemplo), un pasaje en el que parece hablarnos de otra cosa y miramos hacia lo leído desde otro punto de vista (tal vez algo más desapasionado).
No sé lo que os parecerá a vosotras, a vosotros, pero para mí el post scriptum es importante para cerrar el círculo de la novela. De alguna manera nos deja en el mismo lugar donde todo comenzaba, en el mismo Charles que venía de Londres, de la vida pública y exitosa, y que, terminado ese paréntesis (loquísimo) vuelve a retomar el camino en el mismo punto en el que lo dejó. Pero claro, ya uno no es el mismo tras vivir lo vivido. De hecho los párrafos finales, escritos de forma apresurada, a saltos, nos muestran que el foco de interés ya no está en ese libro de memorias en el que llevamos nadando tanto rato. Al menos no para Charles.
Por otro lado se terminan de encajar piezas del coro de personajes que ha articulado la novela (ojo a Peregrine), aunque sea fugazmente (puesto que Charles es mucho Charles y no termina de dejar el centro de todo), y también, y esto es muy jugoso, se revisan algunas cosas de las acontecidas a lo largo del libro (como la fuga australiana).
En suma, un cierre muy sugerente y con muchos detalles que nos invita a seguir en el libro incluso después de haber llegado al punto final.
Espero que hayáis disfrutado de esta lectura tanto como yo.
Os deseo que paséis un feliz verano y, ya sabéis, nos reencontramos a finales de septiembre.
Saludos cordiales,
Pep Bruno