Píldoras azules: hasta página 61
Bienvenidas, bienvenidos, a la lectura de la primera novela gráfica de la temporada del club de lectura de literatura juvenil “Leolo”
Píldoras azules es una autobiografía donde Frederik Peeters (Ginebra, 1974) nos cuenta cómo llegó a conocer a su pareja Cati, una chica seropositiva y al hijo de ésta de tres años. A lo largo de la historia veremos pasajes de su vida, las dudas que se le plantean en relación con la enfermedad de ambos, madre e hijo, del amor, de la muerte, de la paternidad… en un tono muy íntimo y también dotado de un cierto humor.
Píldoras azules es, como ya he comentado, una obra autobiográfica que, hasta cierto punto, carece de estructura y de hilo conductor. En realidad, sí que existe un nexo de unión entre todas las historias que se narran y ese nexo es la propia vida de Peeters, que engarza a modo de hilo los episodios más relevantes, determinantes pero aun así inconexos de su relación con Cati. Esta es su primera gran obra y eso es determinante en el estilo, a veces dubitativo, de trazo más bien grueso, con el que el autor pretende definirse y que está todavía dando sus primeros pasos tanto en el estilo narrativo como en el visual. De hecho, si podéis disponer de la versión ampliada, hay un capítulo final del autor entrevistando a su mujer y sus hijos trece años más tarde y preguntándoles por su visión de la obra y su evolución. El estilo de Peeters es muy identificable, pero también se aprecia cómo ha pulido y refinado sus trazos.
La novela es, sobre todo, una historia de amor. Pero eso no quita que la sombra del VIH esté siempre presente, en cada frase, en cada viñeta. Por mucho que Peeters haya negado siempre que tenga por objeto educar al lector, no pasan desapercibidas las lecciones sobre las vías de transmisión, el contagio, el tratamiento, el embarazo y sobre cómo enfrentarse a la sociedad en un momento en que el desconocimiento es el rey. De hecho, la novela pasa por tres generaciones diferentes: la de los padres de él, que verían la enfermedad como algo oscuro, desconocido y, por tanto temible; la generación de Frederik y Cati, para quienes el SIDA es ya una realidad a que creen que pueden hacer frente aunque todavía hay nieblas que hace falta despejar; y la del hijo de Cati, que ha nacido seropositivo y que asume su situación con más normalidad, a pesar de sus constantes viajes al hospital y de tener que tomar sus tres píldoras azules a a diario. Juega un papel fundamental su médico de cabecera, una persona abierta, comprensiva y que parece clave en su relación de pareja al quitarles cierta presión sobre el rinoceronte que siempre les observa.
Pero Píldoras azules es mucho más que esto. Es un compendio de dudas, de miedos sobre las relaciones, el futuro, la vida y la muerte, la paternidad… contadas con una enorme sensibilidad y delicadeza, mezclando en ocasiones imágenes absurdas, pero con una fuerte carga metafórica—como la conversación de ambos en un sofá que flota en el mar que ilustra esta entrada, o el rinoceronte que va siempre un paso por detrás de Peeters, o el mamut con el que discute sus posibilidades de cara al futuro–. También queda patente el terror que sufre Cati, no por ella, sino por su hijo y el sentimiento de culpa por haberle transmitido la enfermedad que nunca remite del todo.
El autor
Frederik Peeters (Ginebra, 1974) se ha convertido en uno de los creadores más representativos de la nueva historieta europea. Sus trabajos no dejan de editarse tras el eco alcanzado por Píldoras azules (Astiberri, 2004), los cuatro tomos de Lupus ahora recopilados en un volumen integral (Astiberri 2011), los seis volúmenes de Koma (Dibbuks, 2006-2009) o los dos volúmenes de R.G. (Astiberri, 2007-2008), con un primer tomo que fue reconocido como uno de los álbumes “esenciales” en la edición de 2008 del Festival de Angoulême. En 2009 Astiberri editó el tomo recopilatorio de historias cortas Dándole vueltas, así como su primera obra con una mujer como personaje principal, Paquidermo. Peeters colabora con el cineasta francés Pierre Oscar Lévy para publicar en 2010 su siguiente cómic: Castillo de arena, una obra impregnada de ecos que remiten a Buñuel y Bradbury.
Lo último de Peeters en nuestro país es la obra de ciencia-ficción, Aama, que ha sido premiada como mejor serie en el Festival Internacional del Cómic de Angoulême 2013 y ganadora del Premio Point 2012, de la que Astiberri ha editado ya los cuatro volúmenes que componen la saga (2011-2014). Después de la obra que le dio tanto reconocimiento, abriéndole las puertas, no ha vuelto al género autobiográfico, aunque sí muchos otros autores se han sumado a esta tendencia. En nuestras comictectas podréis encontrar una gran variedad de títulos, autores y estilos que tratan enfermedades en sus libros, que son biográficos o autobiográficos.
Os invito a que disfrutéis de esta novela grafica e iremos comentando durante estas cuatro semanas todo aquello que la lectura nos vaya sugiriendo e inspirando. Esta primera semana leeremos hasta la página 61.
“Doloroso no. Obtuve dos cosas de aquella obra; primero, el poder ordenar los pensamientos: cuando uno pone las cosas sobre el papel deja sitio en la cabeza para lo que viene después. Y lo segundo es que, a medida que el ritmo de trabajo se iba instaurando, resultaba muy perturbador ver a aquel personaje de papel vivir mi vida por mí; ver cómo ese grandullón con gafas se apoderaba de ella. Sin embargo, no me resultó problemático explicar detalles o intimidades. Mientras sea verdadero y honesto, mientras no perjudique a nadie, no creo ser impúdico por contar historias de alcoba.”
(Frederik Peeters; entrevista publicada en la edición digital de El diario montañés, julio de 2007)
Al igual que en los clubes de lectura presenciales los clubes de lectura virtuales se nutren de las opiniones y comentarios de todos los que compartimos esta lectura. Por eso es importante que comentéis lo que os sugiera el texto, detalles, reflexiones, algo al hilo sobre el estilo o la estructura, curiosidades, lo que os sugiere la lectura, otras lecturas que os recuerde. Igualmente se pueden hacer comentarios de las opiniones de otros participantes del club para ampliar y enriquecer la lectura.
Solo me queda decir que se trata de la obra perfecta para todo aquel que piense que ya es demasiado mayor para leer la novela gráfica o cómics
Nos vemos el próximo lunes.
Feliz Semana de lecturas
Alejandro López