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1ª parte. Hasta el capítulo 5.

Libro que estamos comentando: 
El hombre en el castillo
El hombre en el castillo aparece a menudo como el ejemplo paradigmático de ucronía en la literatura, sobre todo en los últimos años, ya que la popularidad de la serie estrenada en 2015, y que todavía podéis ver sus cuatro temporadas en Amazon Prime, hizo que la novela de Philp K. Dick, publicada en 1962, alcanzase nuevas cuotas de popularidad.
 
Una ucronía en este ámbito plantea qué hubiera pasado si determinado acontecimiento (una guerra, un asesinato político…) hubiese transcurrido de forma diferente. "En definitiva, las obras ucrónicas acuden al pasado, modificando algún acontecimiento, y con ello trastocan el ulterior proceso histórico tal y como es conocido."  http://www.nocierreslosojos.com/etimologia-historia-ucronia-literatura/
 
Como vais a comprobar desde el inicio del libro, el acontecimiento que sirve de punto disruptivo en la novela respecto a los hechos históricos que conocemos es la victoria de los países del Eje durante la II Guerra Mundial, es decir, la Alemania nazi y el Japón imperialista vencen a los aliados y se reparten directa o indirectamente el control y la influencia de los cinco continentes.
 
 
Entender la distribución geográfica y política de los Estados Unidos que ha sucedido tras la última guerra mundial, puede ayudar a entender mejor la novela, y para ello nada mejor que reproducir un mapa lo más fidedigno posible (aunque Dick en esta novela no da todos los detalles) del reparto del país. La costa este bajo el control de Alemania, la costa oeste bajo el control de Japón y la zona de las Montañas Rocosas se mantiene como una zona neutral.
 
Los Estados del Pacífico de América, los Estados de las Montañas Rocosas y el Gran Reich Nazi son los nombres que aparecen en la novela y también en los mapas elaborados por Strange Maps https://bigthink.com/strange-maps/the-map-in-the-high-castle-ii/ para imaginar también la distribución del orden mundial surgido de la 2ª Gran Guerra.
 
Como consecuencia de estos sucesos, el principio de la novela nos presenta un mosaico de personajes que van uniendo sus vidas o interconectando sus trayectorias de forma más o menos caótica, cumpliendo con una característica de la mayoría de las novelas de Dick: combina los temas de más alto nivel con asuntos más banales y cotidianos. Los protagonistas pueden verse implicados en altas políticas de estado a la vez que intervienen en relaciones familiares o amorosas, por poner varios ejemplos.
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En esta primera parte tiene especial relevancia el comerciante Robert Childan, dueño de Artesanías Americanas S.A., Frank Frink que trabaja para el señor Wyndam-Matson, aunque acaba de tener un enfrentamiento con el jefe y ha sido despedido por este. Más allá de su trabajo oficial, Frank es un trabajador especialmente habilidoso, realizando falsificaciones de las antigüedades americanas que los turistas japoneses adquieren con devoción. Esta desgracia se añade al recuerdo de su mujer, Juliana, alguien a la que añora con cariño, que piensa recuperar y de la que no sabemos las causas concretas de su separación. Juliana sobrevive discretamente en una pequeña ciudad de las Montañas Rocosas, ganándose la vida con sus clases de judo y recordando a Frank con cierto desapego y sin ninguna ilusión.
 
A Ray Calvin, un proveedor de antigüedades, muchas de ellas falsificaciones, de Frank Frink, lo vamos a conocer con más detalle próximamente. Está involucrado en el asunto de las antigüedades y, por lo tanto, se le van a pedir responsabilidades.
 
Robert Childan es el dueño de Artesanías Americanas S.A., la más reputada tienda de antigüedades de todo el litoral pacífico. Se encuentra angustiado por intentar descifrar las intenciones de los japoneses, con los que tiene fluidas relaciones comerciales. Uno de sus mejores clientes, el señor Tagomi, responsable de la Misión Comercial Japonesa y unos de los más altos funcionarios japoneses en los Estados del Pacífico, espera la llegada de un funcionario sueco con el que los japoneses quieren negociar el traspaso de tecnología de la industria del plástico.
 
Como decíamos, cada personaje desarrolla su propia línea argumental , por ahora separada de la de los demás, pero es seguro que Philip K. Dick nos prepara algo más complejo que seguir las vidas de unos personajes en un ambiente gris y decaído, como el que reina en el oeste de los Estados Unidos.
 
Aunque los personajes sigan su devenir diario con mayor o menor fortuna, sorprende que Robert Childan utilice un antiguo método chino de adivinación, el I Ching, para tomar sus decisiones profesionales y personales. De los resultados de la solicitud al oráculo, a veces más oscuras de lo que debieran, saldrán las decisiones más importantes que tenga que tomar Childan.
 
Con todavía pocos capítulos leídos, no hemos advertido todavía la complejidad de la trama de El hombre en el castillo, no sabemos quién es ese hombre ni donde está el castillo, pero estamos preparados para enfrentarnos a una novela con un texto un poco más enrevesado de lo que hasta ahora parece.