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3ª parte. Hasta el capítulo 31.

Libro que estamos comentando: 
Enero sangriento
No podían faltar en la novela ciertos ingredientes que aporten "color" y ambiente a la época en la que sucede Enero sangriento. Uno de ellos es el fútbol, tan pasional y querido por los ciudadanos de Glasgow. El Celtic había sido campeón de Europa en la temporada 1966-1967 con once jugadores nacidos en el área metropolitana de la ciudad y fue el primer equipo británico en conquistarla.
 
El fútbol aparece en la novela cuando Murray, McCoy y Wattie se encuentran metidos en un coche, rodeados de hinchas del Celtic. "La calle estaba llena de hombres con bufandas verdes y blancas que recorrían London Road". Es la calle que lleva al estadio del club. Esto sucede mientras se dirigen a toda prisa a reconocer el cadáver de Isabel Garvey, una de las chicas que trabajan en los clubes de Ronnie Naismith.
Sobre la presencia de la música, pop y rock de los 70, ya hemos comentado su presencia significativa a lo largo de la novela. En esta parte hay una referencia explícita a un concierto de David Bowie que tuvo lugar el 5 de enero de 1973 en el Green's Playhouse. La sala pasó a llamarse Glasgow Apollo y fue finalmente derruida en 1987 por no cumplir, entre otros, con la normativa contra incendios. Podéis escuchar, con un sonido desastroso, parte del concierto en el vídeo que aparece al final de estas líneas.
 
Bowie ya era una estrella, y Wattie pone los ojos como platos cuando se entera de que Baby Strange, la chica a la que buscan por facilitar jóvenes prostitutas para las fiestas y orgías que se celebraban en la mansión de los Dunlop, Broughton House, es amiga del artista.
 
Jugadores del Celtic de Glasgow---------------------
Jugadores del Celtic de Glasgow con sus camisetas a rayas verdes  y blancas.
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Cuando llegan a los camerinos del Green's Playhouse para hablar con Baby, Alan Parks describe el ambiente y la fauna que merodeaba por los camerinos de las estrellas del rock de la época: representantes esperpénticos; humedad, cerveza, drogas y tabaco; guardaespaldas; groupies y la tal Baby Strange, que masajea a un Bowie en calzoncillos antes del concierto.
 
 
   Como es lógico, le preguntan por Lorna Skirving y, aunque Baby intenta zafarse de sus preguntas, no tiene más remedio que reconocer que ha hecho algunos trabajitos para ella y que la vio varias veces en la mansión de los Dunlop, participando en fiestas que acababan con actividades sexuales extremas. Babe relata escenas en las que participaban hombres venidos de otros lugares del país, los poderosos Lord Gray Dunlop, su hijo Tommy ("Son malvados, los dos. Son pura maldad. el padre y el hijo. Forman en equipo, ese es el tema. Una chica para los dos, y les gustan las cosas fuertes, muy fuertes") y, como organizador y conseguidor de chicas, Jimmy Gibbs, el novio de Angela Dunlop.
 
El perfil de Harry McCoy, su personaje, dista mucho de ser un policía ejemplar. Creo que ya comentamos, cuando intentaba trasmitir su experiencia de poli veterano a Wattie, que mantiene una especie de sobreentendido acuerdo con ciertas esferas criminales de la ciudad, y más concretamente con su antiguo amigo Stevie Cooper. Se supone que ambos estamentos se protegen y se ayudan en busca de fines comunes. 
 
Esta tercera parte ha comenzado describiendo la relación tan estrecha entre Harry McCoy y Stevie Cooper, el mafioso local. El policía la justifica por su larga amistad desde el orfanato, sin embargo los lectores apreciamos que la relación no es simétrica. En el primer encuentro, Cooper le pide que recupere su libro de cuentas que unos ladrones le han robado de uno de sus locales. Al final de esta parte, en el siguiente encuentro entre ambos, Stevie está torturando a dos sujetos y McCoy no reacciona ante semejante brutalidad. No parece una amistad que esté al mismo nivel entre ambos. Al contrario, parece que Stevie disfrute usando al policía como su perrillo faldero, lo mismo que Wattie le comentó cuando le refirió las habladurías que había oído sobre su extraño vínculo con Cooper.
 
Mientras la prensa habla de los acuerdos económicos de la familia Dunlop en el ámbito de la prensa escrita, se nota que McCoy tiene cada vez más clara la relación de los dos principales miembros de la familia con la muerte de las dos jóvenes a principio del año. Sin embargo, su poder y su influencia evita que la policía pueda investigarlos si no tienen pruebas concluyentes. 
 
Los cadáveres de Lorna e Isabel presentan marcas, moratones y contusiones que solo pueden ser fruto de prácticas sexuales violentas, cuando no de violaciones en toda regla. Todos y todas en los bajos fondos saben que esas prácticas son habituales en las fiestas salvajes de los Dunlop, pero nada se puede demostrar sin pruebas. "A los Dunlop les gusta el sexo rarito. Eso es lo único que ha dicho. Nada que podamos usar, nada que nos lleve a ninguna parte."
 
El resquicio para poder inculpar a esa familia tan poderosa puede llegar por Bobby Thorne, el novio de Nairn. Este les habla de una fiesta especial con invitados importantes y de unas fotografías que habían sido tomadas allí, unas fotos de una especie de ceremonia sangrienta de una secta. En esas fotos aparecen entre otros, Tommy y Lorna, y también un personaje tan relevante como un primo de la reina Isabel II.  Las fotos involucran sin duda a muchos de los asistentes, por eso McCoy se guarda una de ellas, disimuladamente, a la que debe conceder una importancia especial.
David Bowie. Glasgow, Green's Playhouse