2 LA BARCA DEL TIEMPO
2 LA BARCA DEL TIEMPO. Cristina Peri Rossi
Buen día, personas ATRAPAVERSOS:
Continuamos la lectura de Peri Rossi en esta segunda semana en la que leeremos hasta el poema “Tango” de la página 139.
En esta parte de la antología se incluyen poemas de sus libros: Lingüística general, Europa después de la lluvia, Babel Bárbara y Otra vez Eros. Vamos a detenernos un poco en cada uno de ellos.
En Lingüística general se abre (p. 81) con un poema-reflexión interesante:
El poeta no escribe sobre las cosas
sino sobre el nombre de las cosas.
Esta afirmación plantea la imposibilidad que tiene la escritura de plasmar las cosas en sí, sino más bien sobre lo que queda después de la vivencia. Desde esta óptica podemos leer el poema “Navegación” (p. 83) en el que por un lado la poeta equipara la experiencia amorosa con la creación poética, pues parece que se refiere a una persona cuando dice “yo abandono el lecho de tus manos” y por otro lo podemos interpretar como la experiencia de la creación poética tras cualquier cosa vivida. El poema termina con una afirmación para mí difícil de comprender “Navegar es necesario, / vivir no”, que pienso que sería una puerta a un debate interesante: ¿la creación está por encima de la propia experiencia? ¿Existir es crear o al revés? Ahí lo dejo, con pena, pues me encantaría saber vuestras opiniones. Casi como una respuesta de todo este apartado, dice este bello poema de la página 84:
En la nostálgica distancia que va
del sueño a lo real
se instala la alquimia del poema
y del amor.
Europa después de la lluvia parece un libro en el que la poeta refleja su adaptación a un nuevo lugar desde su situación de exiliada. Vamos a encontrar extrañeza, esfuerzo por comprender, también dolor. El poema que más me gusta es el titulado “Nocturno pluvioso en la ciudad” de la página 104, una narración en la que se intercalan numerosos estímulos externos ajenos a lo que vive el protagonista: un hombre intenta hablar en una cabina telefónica y dice cosas importantes “por favor, por favor… te quiero…” frente a un mundo diverso, salvaje, e indiferente a su tragedia de estar lejos (¿del hogar, la patria, de las dos cosas?). La conversación se interrumpe y “el hombre no encontró una moneda y se puso a caminar bajo la lluvia”. Oh, qué soledad en mitad del bosque de una gran ciudad, qué distancia infranqueable del destino reflejan estos versos.
En Babel Bárbara podríamos conjeturar que es un libro continuación del anterior, también biográficamente. Solo el título ya nos da muchas pistas: Babel, la ciudad bíblica donde se produjo la confusión de lenguas, y el nombre de mujer, Bárbara, como imagen de extranjera, extraña a la propia cultura. Los poemas que se incluyen todos son de amor y a la vez encontramos mucho juego con el lenguaje, con la identificación de la poesía y el amor, como hablábamos más arriba. Como muestra de este juego, destaco el poema abecedario -que da título al poemario- “Babel Bárbara” de la página 116, en el que se van enumerando como en una letanía cualidades de la amada (¿poesía?) y que termina diciendo: te nombro y te fundo (¿como si fuera una ciudad, un país, un mundo?). También me gusta el poema de la página 120 titulado “La pasión”, me parece que tiene un punto de humor en ese descalabro, trastoque de la realidad, que a veces produce el encuentro amoroso. Con un final muy bueno:
Y nos despedimos con la vaga sensación
de haber sobrevivido
aunque no sabíamos para qué.
Y es precisamente la carnalidad de la pasión amorosa, una de las características que emanan de Peri Rossi. No sabríamos decir si esta Babel es la propia poeta, una amada real o bien un trasunto de la propia experiencia de la creación poética. Posiblemente sea una mezcla de las tres cosas, un fluir que a cada poema toma relevancia alguna de las tres dentro de ese mar intenso, sensual y literario, en el que navega la autora.
El siguiente y último libro-apartado que leeremos esta semana, Otra vez Eros, vuelve a parecernos una continuación del anterior, como parte del flujo del proceso creativo que vive la poeta. En él ya no se aprecia el desgarro del exilio y se centra en la experiencia amorosa. Destaco el poema de la página 125 “Genealogía” en el que se rinde homenaje a mujeres que intentaron ser ellas mismas a pesar de los fuertes condicionantes sociales. También me ha gustado “Hipótesis científica” de la página 128, un guiño a las consideraciones biológicas del amor, ya que en el lenguaje actual tan tecnificado se intenta explicar todo desde un ángulo científico, cuando el amor en sí es inexplicable.
Por último os hago notar -en los tres últimos poemas de esta semana- la diversidad de voces desde donde habla la autora (un matiz que se puede apreciar en todo el poemario). En “Final de trayecto” de la página 137 la poeta escribe desde la primera persona: quemé… no me esperaba…; en el siguiente, “Alegoría” (p. 138), se cuenta el poema desde la tercera persona: amó… perdió… quedó…; y en “Tango” (p. 139) la poeta se dirige a una hipotética segunda persona: no eras… tu confusión… tu casa…
Aquí termino por hoy el paseo “perirossiano”, espero que estéis disfrutando la lectura del mundo tan particular de esta autora.
Hasta la próxima semana, ¡Salud, Primavera y Poesía!
Estrella Ortiz