Iniciamos la lectura: desde El jeque hasta Prisionero de guerra
¡Hola! Bienvenidos a la lectura compartida de Mus, relato de un superviviente. Durante cuatro semanas leeremos, compartiremos y comentaremos esta novela gráfica. El ritmo de lectura del libro va a depender de vosotros, pero os pido por favor, que los comentarios que se hagan se ciñan a la parte que hemos leído, o anteriores. Vuestra participación, por medio de los comentarios, será lo que haga que esta experiencia resulte más atractiva.
En esta primera semana intentaremos comentar todo lo que sucede hasta el capítulo tres incluido. Maus, relato de un superviviente se compone de dos partes: una primera parte llamada “Mi padre sangra historia”, compuesta por seis capítulos ( El jeque, La luna de miel, Prisionero de guerra, El nudo aprieta, Madrigueras y Ratoneras; y una segunda parte bajo el título de : “ Y aquí comenzaron nuestros problemas”, con los siguientes capítulos ( Mauschwitz, Auschwitz (el tiempo vuela), …y aquí comenzaron mis problemas, Salvado y La segunda luna de miel)
Pero ¿Qué es MAUS?
Maus relata la historia de un sobreviviente de los campos de concentración nazi. Vladek Spiegelman, un judío polaco, le cuenta a su hijo, Art Spiegelman, el horror de lo vivido junto a su esposa Anja. La estructura de la obra se organiza en dos planos, al mejor estilo del montaje alterno del cine. Por un lado, el hijo narra la compleja relación que mantiene con su padre, por el otro el lector se enfrenta con la Shoá a través de la historia que Vladek cuenta en primera persona a su hijo Art, quien toma nota de las entrevistas para hacer de ellas un libro. Vale aclarar que los personajes ficticios del cómic están basados en los reales de la vida, y que los hechos narrados son autobiográficos.
La mayoría de las ediciones divide la historia en dos partes. El primer tomo “My Father Bleeds History”, Mi padre sangra historia, comienza antes de la guerra con el noviazgo de Vladek y Anja. Pero la trama se complica cuando el recién casado es reclutado por el ejército, y comienzan las persecuciones nazis. Se narran la segregación en los ghettos, la pérdida de la familia, las traiciones y los intentos por esconderse, hasta “ Y llegamos al campo de concentración de Auschwitz. Sabíamos que de ahí no se salía....Habíamos oído las historias sobre el gas y los hornos. Estábamos en 1944...lo sabíamos todo...y allí estábamos”. El segundo tomo “Here my Troubles Began”, Aquí comienzan mis problemas, relata las vivencias del joven matrimonio en Auschwitz hasta la liberación y el reencuentro. Pero la experiencia directa de la racionalidad absoluta puesta al servicio de la pura irracionalidad marca para siempre a los padres de Art. Anja se suicida y Vladek vive, casi por inercia, malhumorado y hermético
En la combinación de recursos usados por Spiegelman para despertar al lector del entumecimiento, reside la peculiaridad de Maus
.
Los dibujos son simples. No hay colores, ni matices. Sólo los extremos cromáticos, la claridad del blanco y la neta profundidad del negro.
Los personajes son representados como animales, como si fuera una fábula de Esopo . Los judíos tienen cabeza de ratón, y los nazis de gato. Pero no es Tom y Jerry, sino la evidente metáfora de la persecución y el aniquilamiento. El resto de los personajes también adquiere la forma de animales antropomórficos, por ejemplo, los polacos son cerdos y los estadounidenses perros. Pero el uso de animales, lejos de ser un recurso infantil que simplifica y banaliza los hechos, funciona como un procedimiento estético e ideológico de distanciamiento. Esta herramienta consiste en alejar la realidad representada y hacerla aparecer bajo una nueva perspectiva.
El cómic comienza con una introducción sobrecogedora: Art, ratoncito de pocos años está jugando con sus amigos por las calles de Queen's. Tras una discusión de críos, Art vuelve llorando a casa y se lo cuenta a su padre, que le dice: "¿Amigos? ¿Tus amigos? Si los encerrases juntos en una habitación sin comida una semana... entonces podrías ver lo que es... la amistad!".
La imposibilidad de confiar. Que un padre le diga eso a un hijo de diez años es más que dramático. Que un padre, cuyo rol es dar confianza, ayudar a ver el punto de vista del otro, esté tan destrozado por dentro como para decir eso... parte el corazón. El propio Art se debate muchas veces durante la narración sobre si su padre ya era así o si la guerra y Auschwitz lo convirtieron en eso. Pero su madrastra, sin ir más lejos, no es así. O su madre, que aquejada de enfermedad mental desde joven acabó suicidándose, tampoco: claro que esto es hipotético porque Vladek, en un ataque de necesidad de olvido -como si eso fuera posible-, quema todo lo escrito por ella. Art se pregunta si está haciendo lo correcto siendo tan absolutamente sincero: está pintando una imagen de su padre como el estereotípico judío del que precisamente quiere huir: "en algunos aspectos es simplemente como la caricatura racista del viejo judío miserable". Pero aún así es valiente y nos describe la extrema austeridad-que llega a miseria-de su padre. El propio Vladek dice "no puedo olvidarlo, desde Hitler no me gusta tirar ni siquiera una miga" tras un episodio en el que quiere devolver a la tienda un paquete de corn flakes empezados que no se va a terminar.
Las secuelas del trauma. Especialmente sobrecogedor es el momento en que, una noche, al oírlo gritar en sueños, Art le dice a su novia: "cuando era pequeño pensaba que ese ruido era el que hacían todos los mayores al dormir".
Hasta ahí os puedo contar. Espero y deseo que disfrutéis mucho de esta novela que seguro os enganchará.
Espero vuestros comentarios sobre los tres primeros capítulos, me gustaría que analizaseis un poco y opinaseis sobre la manera de narrar, los dibujos, una primera impresión de lo que estáis leyendo y viendo.
Feliz Lectura
Saludos
Alejandro