El corazón helado, I
Hola a todas y todos, comenzamos una nueva temporada en el Club de Lectura "Alonso Quijano”, y lo hacemos con una lectura poderosa y rica, pero antes de meternos en harina, como es habitual cada vez que empezamos libro, unas cuantas recomendaciones prácticas:
- En primer lugar hablemos del libro. El corazón helado es un libro que no cuenta con una edición crítica, pero que es muy accesible (se puede comprar o conseguir en préstamo en muchas bibliotecas). Como toda la obra de Almudena Grandes está publicado con mucho cuidado en la editorial Tusquets.
- En segundo lugar una cuestión de ritmo. El libro es larguito, unas 920 páginas, pero de lectura bastante amena (y muy enganchosa), así que no creo que pasemos de los dos meses con él. En cualquier caso esta semana leemos algo más de cincuenta páginas (para que los que se enganchan en estos días no tengan de pronto mucha lectura cuando comiencen la próxima semana) pero mi idea es leer unas cien páginas por semana. Cualquier cosa que queráis comentar al respecto decidlo en los comentarios.
- Los comentarios. Al igual que en los clubes de lectura presenciales estos clubes de lectura virtuales se nutren de vuestras aportaciones. Sentíos libres para comentar lo que os apetezca: lo que os haya sugerido el texto, algún detalle, alguna reflexión, algo al hilo de lo leído, dudas, cuestiones sobre el estilo o la estructura, curiosidades, lo que os ha provocado, otras lecturas que os recuerde... en fin, lo que queráis. Igualmente os animo a comentar los comentarios de otros participantes del club e ir ampliando los hilos y las conversaciones. Los comentarios no están moderados, pero sólo podemos hacerlos (y leerlos) los participantes del club de lectura.
- Ah, una última cosa, os rogaría que incluyerais una imagen en vuestra cuenta (una foto de perfil), no hace falta que seáis vosotros, vosotras, pero es que si no todos los perfiles salen con la misma imagen por defecto y resulta bastante feo (y confuso).
Esta primera entrada con recomendaciones es algo más larga de lo habitual, espero que también os resulte interesante.
EL LIBRO
El corazón helado posiblemente sea uno de los libros más importantes de esta autora, y también un libro que supuso un punto de inflexión en su trabajo como escritora, pues fue la antesala de la serie “Episodios de una guerra interminable”, un proyecto enorme que, lamentablemente, ha quedado inconcluso.
Contaba Almudena Grandes en una entrevista que le hicieron Mara Torres y Carlos del Amor en La2Noticias que El corazón helado era una novela compleja no sólo por la exigencia de documentación y por la dificultad que supone escribir una historia a lo largo de casi mil páginas, sino que era “una novela muy difícil de escribir para mí porque es la primera vez que trabajo con un tema que no es mío, bueno, es mío, pero en la misma medida en la que es vuestro, un tema que es de todos los españoles”. Es, por lo tanto, una novela con voluntad política, pero, ojo, no panfletaria; es una novela sobre la historia, pero no un libro de historia
Vamos a recordar a esta autora querida leyendo El corazón helado, un libro que, como decía Jordi García en Babelia: “es pura Almudena Grandes”.
ESTA SEMANA
Como ya os he anticipado esta semana vamos a leer algo menos del ritmo de lectura que tengo previsto: los tres primeros capítulos de la primera parte (hasta la página 72). Y este leer algo más demorado nos va a venir estupendamente porque podremos hacer una lectura algo más sosegada que nos permitirá disfrutar de esa prosa magnífica de Almudena Grandes, de ese estilo riquísimo que logra hacer lo más difícil: conseguir que sea una lectura aparentemente sencilla y muy accesible, pero que es, al mismo tiempo, una prosa con una calidad y un espesor extraordinarios. Mirad qué descripción hace Álvaro, en las primeras páginas, de algunos de los asistentes al entierro de su padre: "los estudié uno por uno, una por una, la reciedumbre vegetal de sus troncos, sus piernas cortas y macizas, la tiesura espontánea, casi arrogante, de sus hombros viejos pero no decrépitos, y el color de su piel, marrón, opaca, curtida por el sol de la tierra, que estalla hacia dentro y quema sin dorar" (p. 17).
Por otro lado, y al menos en estos tres primeros capítulos de esta semana nos encontramos con las dos voces principales que van a articular la novela, el eje desde el que se va a desplegar toda la historia, todas las historias: la historia de Álvaro (y su familia) y la historia de Raquel (y su familia), dando igual estatus a ambas voces, pues ambas son quienes nos narran el libro: en estas primeras páginas las dos voces narradoras se pasan el testigo, capítulo a capítulo (al menos hasta donde vamos a leer) y van edificando la historia desde sus propias historias. Esta es una propuesta bien interesante, ¿no os parece?, poner en un mismo plano (desde la estructura del libro) a los dos protagonistas, a las dos historias, para conformar una misma historia. Porque este libro cuenta una historia única que es la suma de historias muy variadas, muy distintas... pero que todas son parte de la misma historia.
Por último quiero señalaros algunos detalles de estas primeras páginas.
El primero es la maravillosa habilidad que tiene Almudena Grandes para desplegar historias en una misma historia, nos habla de un momento en el presente, de ahí nos lleva a un recuerdo que se despliega y se trufa de reflexiones o de otros momentos y otras reflexiones, hasta que vuelve al instante primero en el presente de la novela. Me maravilla esta capacidad de llevarnos y traernos a distintos planos temporales, a distintas historias, a personajes que van y vienen y se van entrelazando. Fijaos cómo se va articulando la novela igual que un río al que van llegando afluentes de otras partes y van enriqueciendo su caudal. Afluentes de más cerca del nacimiento o de más cerca del mar (es decir, yendo adelante y atrás en el tiempo de la historia, saltando a conveniencia).
Por otro lado no es baladí que la historia comience con un funeral en un primer capítulo y una muerte (con su celebración) en el segundo capítulo. El paralelismo sugerido es evidente. Las distintas maneras de percibir y celebrar la muerte son diferentes, pues como piensa Álvaro en un momento del libro: "Todos los muertos son iguales, decimos, pero no es verdad, no en la memoria de cada uno." (p. 57) Por otro lado también podríamos pensar que la muerte podría presentarse como el final de algo y, también, de un principo de otra cosa. Aunque tal vez esto no vaya a ser exactamente así. Seguramente lo iremos viendo. Y ojo que para poner estas dos muertes en un mismo momento de la novela recurre a dos puntos temporales distintos.
Otro detalle que me ha llamado la atención: fijaos en el padre de Álvaro, un personaje al que conocemos "en hueco", en ausencia, y del que vamos sabiendo por lo que nos van contando y por lo que de él recuerdan otros (especialmente en el tercer capítulo). Es una manera magnífica de ir reconstruyendo: vamos rellenando el vacío de ese hueco con la información fragmentada que vamos teniendo de él. Siendo, como veremos, un protagonista fundamental en el libro. No sucede con otros protagonistas a los que hemos visto en acción (como ocurre en el baile del Barrio Latino, en París).
Por último (que esta entrada va siendo ya muy larga), fijaos en el contraste entre los dos mundos que se nos presentan: uno parece más triste ¿y sin embargo se percibe algo más alegre?, otro parece más alegre ¿pero se percibe con una tristeza más grande? Parecen dos mundos completamente distintos, sin embargo, a pesar de todo, vamos sintiendo desde las primeras páginas que parece haber una invisible y profunda conexión entre ambos mundos. No sé.
¿Qué pensáis?, ¿qué os parece?
Os leo en los comentarios.
Pasad una buena semana,
Pep Bruno