Mujercitas, 22-29
Hola a todas y todos, aquí llega una semana más las notas de lectura de Mujercitas, el libro con el que vamos entreteniendo estos días de junio. Y, para esta semana, como viene siendo habitual, unas 120 páginas de lectura: capítulos 22 al 29, es decir, de la p. 338 a la 463 en mi edición.
Vamos al lío.
ESTA SEMANA
Por un lado tenemos un primer capítulo que es, de alguna manera, el cierre de las páginas de la pasada semana (con Beth y el señor March recuperándose), el 22, todo lleno de emoción, sí, pero también un capítulo en el que el padre hace un repaso a los avances de las hijas. ¿No os parece que, en ese sentido, me refieron al de la carga didáctica, la lectura está algo lastrada? ¿Podéis imaginar el libro sin las enseñanzas para las mujercitas?
Por otro lado, que haya esta carga didáctica también nos facilita apreciar el carácter de sus protagonistas y comprender el valor de sus decisiones (a veces tan contrarias a la norma social). ¿Qué pensáis?
El capítulo 23 hay un giro en el peso dramático, la acción pasa, de centrarse en los convalecientes, a centrarse en Meg y en el señor Brooke. Este parece ser el nuevo eje que alimenta la acción de las próximas páginas (no sólo, pero sí es fundamental). En cualquier caso me parece bien divertido cómo se resuelve esa situación (gracias a la inesperada y no deseada participación de la tía March). De alguna manera parece que en el diálogo que entabla con Meg consigue que esta se aclare y muestre (se muestre también a sí misma) sus sentimientos.
Y con el fin de este capítulo termina la primera parte del libro. El libro tal cual se publicó originalmente y que prometía continuación sólo si había buena acogida (por parte de las lectoras y lectores). Y parece que la hubo, puesto que la lectura continúa.
Esta segunda parte comienza tres años después, por lo tanto la autora se toma un primer capítulo para ponernos al día de cómo han cambiado las protagonistas de la novela. Y, hecho esto, retoma de lleno la acción en el mismo punto en el que se quedó (sí, lamento el destripe, pero hablamos de una boda). Pero fijaos bien, el primer capítulo está centrado en Meg (25), el siguiente en Amy (26) y el siguiente en Jo (27); pareciera como si Beth hubiera quedado desfondada tras los capítulos protagonizados (a su pesar), o como si la autora quisiera mantenerla con un perfil bajo (por lo que pudiera venir).
También es interesante contrastar a las tres hermanas y su éxito/fracaso, ya sea en la vida doméstica, ya sea en la pintura y la vida social, ya sea en la literatura y la vida social. Y de esto hablan, precisamente, los dos últimos capítulos previstos para esta semana.
Yo le he cogido algo de manía al capítulo 28, tal vez parezca como un antiejemplo para el manual de la (im)perfecta casada. En cualquier caso, como os decía al principio, a veces pienso que capítulos como este lastran algo el libro, ¿qué opináis vosotros?
Y, por último, el capítulo 29, donde encontramos al agua y al aceite tratando de combinar bien y aliñar la ensalada sin estropicios... Me interesa mucho este capítulo y el contraste de ambas hermanas. En cualquier caso creo que logra la autora que entienda a ambas y empatice con las dos, ¿os pasa también a vosotras, a vosotros?
Os leo en los comentarios.
Pasad una feliz semana de lectura.
Saludos cordiales,
Pep Bruno