Hasta el capítulo 42, incluido
La cabaña estaba silenciosa mientras se oía el temprano agitar de alas de mirlo y en el suelo se formaba una niebla invernal primeriza que se acumulaba contra las paredes en largas hebras de algodón.
Amigos lectores, amigas lectoras:
Conversamos esta semana desde el capítulo 27 al capítulo 42, incluido: un buen puñado de capítulos en los que las diversas tramas adquieren bastante velocidad en cuanto al desarrollo de los acontecimientos... desembocando en el encarcelamiento de nuestra Kya, nada más y nada menos que acusada del asesinato de Chase. Pueden pedir hasta pena de muerte.
Por un lado, está la relación de Kya y Chase, cómo este la engaña prometiéndole matrimonio, y, lo más importante, cómo ella cae en el engaño por ese sueño antiguo de pertenecer a una familia, para no estar nunca más sola. El descubrimiento de su compromiso en el periódico es un duro golpe del que nuestra chica salvaje no sabe si se repondrá... pero, de nuevo, la naturaleza (en este caso, esa playa de conchas, efímera y resplandeciente), la salva.
Tate vuelve, poco a poco, a su vida. Es el artífice de que ella se convierta en escritora con libros publicados, como la verdadera naturalista que es. Tate, un científico que trabaja muy cerca de las marismas, la admira y la quiere... Me gusta mucho eso de que él la ayuda a salvarse sola y no le promete que estará ahí para cuidarla. Porque ya la está cuidando. Ayudarla, impulsarla, para que sea independiente económicamente y pueda tener seguridad, libertad.
Los cambios que hace en la casa vienen dados por el dinero que recibe por sus libros, y, así, comienza a vivir mejor, un poco más cómodamente. Una de las características de nuestra chica es cómo ama la marisma y a los animales que viven en ella, cómo cree firmemente que la marisma no es de los seres humanos que intentan desecar los pantanos para construir y enriquecerse, sino de la biodiversidad, de las plantas, de los animales... En este sentido, me encanta cuando habla con la garza, tras pagar los impuestos atrasados y hacerse con la titularidad de la tierra, para decirle que está todo arreglado, que la marisma le pertenece a ella. A la garza. Y a la gaviota. Y al azor.
Hay muchos guiños al comportamiento animal, pero el principal es cómo Kya vincula lo que hace Chase (falsas promesas, lancha nueva como si fuese un plumaje vistoso) con lo que hacen algunos de los animales más tramposos a la hora de conseguir copular con las hembras, y, dolida, cómo se admira del trato que la mantis religiosa da a sus amantes ¡¡!!
Sin duda, uno de los momentos más emotivos es la vuelta de su hermano Jodie a la casa y, así, Kya puede reconstruir qué fue de su madre. Recuperar los rostros infantiles de sus otros hermanos. Tener un número de teléfono y una dirección a los que llamar, a los que acudir. La promesa de una familia. Del mismo modo, recupera algunos recuerdos muy dolorosos que atañen directamente al maltrato familiar infligido por su padre. Su hermano Jodie, el más querido, la anima a que escuche a Tate, a que lo perdone (cuando le cuenta cómo la protegió de su propio padre siendo él un chiquillo... uf). Además, con Jodie llegan unos cuadros pintados por su madre, cuadros maravillosos que son ventanas a un pasado del que su madre extrajo la belleza de sus hijos, relegando el horror.
Chase acaba revelándose como un verdadero energúmeno y maltratador, y, tras el episodio de la agresión y el intento de violación, Kya se reafirma en la seguridad de que ella no quiere vivir con miedo, como sí vivía su propia madre. Y es entonces cuando comprende, al cien por cien, por qué no volvió, no pudo volver.
Ya en el presente, el sheriff y su ayudante han continuado investigando la muerte de Chase y han recopilado varios indicios en contra de Kya:
- el gorro rojo del que pueden proceder las fibras de lana encontradas en Chase
- el testimonio de un camaronero que dice que la vio aquella noche, en el pantano, en la barca
- el testimonio de un pescador que cuenta cómo ella estaba enfadada y amenazando a Chase de muerte (esto es tremendo, es pasar por alto el derecho a defenderse ante una agresión de ese calibre)
- la huida de Kya
A favor de Kya está la reunión que mantuvo con su editor, lejos de la marisma (aunque han comprobado que pudo ir y volver en el autobús...), y que no aparece en poder de Kya (ni en su casa, ni en ningún otro sitio), el collar de concha de Chase.
Y así, está nuestra Kya encerrada, arrancándose el pelo como las aves las plumas cuando las enjaulan, asomándose por el ventanuco de su celda para capturar un retazo de cielo, una rama de un árbol..., porque el único animal que ha visto en los últimos dos meses es Justicia Dominical, el gato que vive en el juzgado.
¿Cómo se desarrollará el juicio contra Kya?
¿Conversamos?
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(La imagen es un fotograma de la película)