1ª parte. Hasta el capítulo 11.

Libro que estamos comentando
Durante la presente temporada, varias han sido las propuestas que representaban con claridad novedosos subgéneros que se han popularizado, debido principalmente a los intereses comerciales de las editoriales, y adquirido personalidad propia en los últimos años. Recientemente, hemos leído ejemplos de "rural noir", "cozy noir", y ahora toca probar el "tartan noir", que no es sino la novela negra ambientada en Escocia. 
 
Recordemos que "tartan" es la tela de lana a cuadros, típica de Escocia, con la que se elaboran los "Kilt", la también típica falda masculina escocesa. Loa autores más conocidos en España son, además de Alan Parks, otros como James Elroy o Ian Rankin.
 
Vamos a comprobar que estos escritores comparten muchas de las características de autores de la linea más dura de la novela negra, como Dashiel Hammett o Raymond Chandler. Cambia lo más oscuro de ciudades como Los Ángeles o Chicago por el retrato nada complaciente de urbes como Glasgow, donde la dureza de su identidad, la de una ciudad industrial con sus barrios obreros deprimidos, se mezcla con la corrupción generalizada que alcanza las altas esferas del poder a través de las organizaciones que dominan el mundo del hampa.
 
De toda esta ambientación se deriva, inevitablemente, una crítica social en la que la violencia, el crimen y la corrupción son los dueños de un submundo de la gran urbe.
 
En este ambiente es inevitable que sus protagonistas sean tipos (hombres y mujeres) duros, víctimas un pasado traumático, de familias desestructuradas, aunque mostrando destellos de humanidad y ternura entre ellos.
 
Glagow es actualmente la cuarta población del Reino Unido. En los años 60 del siglo pasado, estaba sufriendo una trasformación por la que su población estaba pasado de una ciudad superpoblada, con la población concentrada en los antiguos límites de la ciudad, a sufrir una dispersión de sus habitantes hacia localidades cercanas de su área de influencia.
 
En los 70, todo el norte y la zona media de Inglaterra, junto a la ciudad escocesa de Glasgow, era el centro industrial, lleno de fábricas y minas. La mayoría de los trabajadores industriales cobraban un salario modesto, pero con un puesto de empleo muy estable. Muchas familias ya llevaban varias generaciones trabajando en las mismas fábricas de acero, minas de carbón o astilleros y vivían en comunidades muy unidas donde todo el mundo se conocía. Pero, como todas las ciudades con fuerte estructura industrial, tenía zonas y barrios donde el alcohol, la prostitución, el crimen y la droga se movía casi con impunidad.
 
Para combatirlos la policía contaba en 1973 (creo que lo dice en los primeros capítulos de la novela) con dos mil efectivos. Uno de ellos, el detective Harry McCoy, bastante joven para su cargo, tiene que investigar tres muertes, dos asesinatos y un suicidio, que ocurren delante de sus narices y que tienen que estar conectados