Hasta el capítulo 8, incluido

Libro que estamos comentando

Queridas viajeras, queridos viajeros:

Iniciamos nuestro viaje lector de diciembre con El geólogo, de Paul Theroux, escritor de literatura de viajes (uno de sus grandes libros de viajes es “El gran bazar del ferrocarril”) y de novelas, como por ejemplo, su célebre La costa de los mosquitos (que ha sido llevada al cine en un par de ocasiones).

Theroux, en El geólogo, se ayuda de su experiencia en la literatura de viajes para crear esta historia de rivalidad fraternal, encarnada por Cal (o Nervi) y su hermano Frank (el de la cara pirata, o torcida). Me ha llamado mucho la atención esta entrevista que le hicieron al autor en 2018: “En mi familia están secretamente orgullosos de mí y un poco envidiosos”, porque fijaos lo que cuenta:

En lo que a mí respecta, sólo me convertí en una persona coherente, feliz y completa cuando me fui. Cuando me fui de casa. Sólo así entendí mi lugar en el mundo y mi misión como escritor.

¿No es eso lo que le sucede a nuestro geólogo Cal?

A partir de la experiencia de esa primera y precipitada partida, viajar siempre me pareció una forma alegre de rechazo: huir de lo tedioso conocido hacia lo ma´gico desconocido.

Poseer una casa me daba mayor libertad para viajar, porque ahora tenía mi propio hogar. El viajero más feliz es el que tiene un lugar al que volver, con la certeza de que será bienvenido.

Tenemos a estos dos hermanos, a Frank que, según la narración de Cal, es un mitómano, un mentiroso que adapta las historias, se apropia del relato de otros, empeñado en ganar, vencer, trampear. Abogado de profesión, acostumbrado a las malas artes para saquear un montón de dólares, no deja de hacerle una y mil faenas a Cal, el protagonista que se nos presenta afable, fuerte, aventurero y libre, harto de las diatribas y faenas del hermano.

En este punto de la historia (estamos comentando hasta el capítulo 8, incluido), Frank acaba de casarse con una rica multimillonaria (ya se ha separado una vez), ha engañado a Cal y ha firmado la escritura de la casa de su madre junto con él (pese a que Cal es quien paga reparaciones, mantenimiento, etc.), nunca ha dejado de vivir en Litleford, la ciudad de la que son originarios, desprecia a Cal y al padre fallecido (es el ojito derecho de la madre), en fin, una figura, este Frank.

Por otro lado, hemos seguido las aventuras de Cal en el desierto de Arizona, tras el oro y las piedras preciosas, y hemos asistido al encuentro con la familia Zorrilla (gente peligrosa que se dedica al tráfico ilegal de... ¿drogas?) que se han convertido en sus compadres porque él ha salvado al patriarca de una muerte segura en el desierto de Arizona. Cal, que lleva una vida aventurera y peligrosa, no tiene cabida en la familia compuesta por su madre y su hermano, de hecho, a ellos sólo parece interesarles el dinero de Cal y cómo éste puede ayudarles.

Y, sin embargo, me pregunto: ¿qué sabemos de Cal? Él es quien nos narra la historia, es su punto de vista, su voz, su orgullo herido (no olvidemos lo que ocurrió con su primera novia y su hermano... y lo que vendrá después e intuimos en el capítulo 1). No sé... ¿os fiais de lo que narra Cal?

Apenas hemos iniciado el viaje, un viaje en muchos sentidos; un viaje encarnado por un geólogo que se lanza a la aventura en busca de oro, piedras preciosas, cobalto... pero también un viaje por las relaciones familiares y maritales. Relaciones que, en muchos casos, sólo son entendidas por “los de dentro”:

Los miembros de la familia poseemos un lenguaje especial e intraducible de gestos sutiles, de juegos de dedos, guiños y asentimientos, pequeños insultos, extrañas alusiones y palabras hirientes que resultan devastadores dentro de la familia y que no significan nada para un forastero.

Feliz y largo viaje, lectoras, lectores.