Final de la lectura
Queridas viajeras, queridos viajeros:
Llegamos al final de nuestro viaje lector de diciembre y... tengo que confesaros que es difícil escribir este texto. Un texto que cierra nuestra lectura, que sea capaz de condensar la estupefacción, el asombro, la desconcertante sensación de impotencia que nos ha embargado durante todos estos días.
“Al carecer de compasión, Frank era más fácil de explicar. Le faltaba algo que la gente normal poseía, algo que yo mismo tenía. Él quería destruir esa cosa que había en mí, la felicidad, tal vez, o al menos la alegría. Vi que desde el principio había querido desplazarme”.
Acompañando en su debacle a Cal, he sentido la tentación de increparle: si ya lo sabías, ¿por qué volviste? ¿Por qué te quedaste? ¿Por qué te dejaste engañar una y otra y otra vez? ¿Cómo es posible que aceptases perderlo todo: fortuna, profesión, casa, mujer e hijo? Y luego, he caído en la cuenta de que algo parecido ocurre con el maltrato, con la violencia de género. Cuántas veces, desde las afueras, se ve todo claro, prístino. Cuántas veces no entendemos que alguien pueda quedarse, si puede irse (al menos, hipotéticamente). ¿Será eso lo que le ocurría a Cal?
A medida que la novela avanzaba hacia su final, parecía evidente (muy evidente) que la única salida de Cal era asesinar a su hermano. De hecho, piensa en todo un abanico de posibilidades: accidente, suicidio, apuñalamiento, envenenamiento, la pistola de los Zorrilla... hasta que escenifica un último encuentro con el gancho de la reunión con un hombre muy rico y poderoso, un encuentro único al que Frank no puede resistirse.
Es Amala, la joven y excéntrica novia de Víctor, el hijo de Frank, quien hace que Cal entre en razón y no mate a su hermano. La voz de su conciencia. Tal vez Cal ha tenido que sufrir todo ese viaje vital para poder deshacerse de la larga sombra de su hermano y...
“Era libre. Un sabio fugitivo, un vagabundo feliz”
Contadme: ¿qué os ha parecido esta lectura? ¿Cómo habéis vivido este final? ¿Cómo será la vida de Cal en Arizona, bajo el ala de Paco Zorrilla?
¿Nos leemos?