Catedral, II

Libro que estamos comentando

Hola a todas y todos, continuamos leyendo (o siendo leídos) por estos fascinantes cuentos de Raymond Carver. Para esta semana os propongo la lectura de los tres siguientes, es decir, otras 50 páginas en mi edición de la 49 a la 103). 

Vamos al lío.

 

ESTA SEMANA

Comenzamos con el primer cuento de esta semana: Compartimento.

Dos historias se cruzan en este compartimento, por un lado la de un padre y un hijo (de la que apenas vislumbramos algo al principio y de la que sabremos algo más pero que, en cualquier caso, no deja de ser brutal). Una historia que nos puede recordar a algunos momentos del final del cuento "Plumas", es más, uno podría tener la tentación de pensar que el protagonista podría ser el mismo personaje. Pero es solo una tentación.

La segunda historia tiene que ver con el desarrollo del viaja en ese tren. Los hechos que ocurren y que acaban precipitando un final sorprendente. Un destino inesperado.

Obviamente la metáfora del viaje como vida, y la poderosa imagen de reemprender ese viaje sin el lastre (del equipaje o de lo que sea, que no lo voy a contar todo). Ambas historias se anudan en ese compartimento (de tren) pero también en ese compartimento (de vida; en ese fragmento de tiempo y espacio en el que el protagonista avanza).

Muchas ganas de leer vuestras opiniones.

 

El segundo cuento se titula: Parece una tontería.

Aunque lo leí hace muchos años, muchos, lo recordaba perfectamente. Este es uno de esos enormes cuentos de Carver. Una de esas historias brutales y poderosas en las que dos hechos transcurren paralelos y en un punto se tocan. No quiero hablar de este cuento, sólo quiero que lo leáis y vayáis tragando saliva y paréis la lectura en el momento en el que los padres descubren quién está llamando. Parad ahí. Pensad cómo va a acabar el cuento. Arriesgad un posible final. Y luego seguid leyendo.

Y después nos contáis por aquí a ver qué ha pasado. 

Ah, y ya me decís qué pensáis del título.

 

El tercer y último cuento de esta semana es el titulado: Vitaminas.

Este cuento tiene muchos momentos memorables, un protagonista alcohólico (y, si me lo permitís, imbécil), y un puñado de mujeres tratando de salir adelante a pesar de las adversidades. Y sí, aquí hacen falta muchas vitaminas, y cuantas más hay, menos vitaminados están todos.

Por cierto, de los momentos memorables del cuento hay uno que te golpea como un puñetazo en la cara, y es cuando, casi al final, Dona dice que necesitaba ese dinero. Leed, leed, y ya me diréis.

 

Pasad una buena semana de lectura.

Saludos cordiales, 

Pep Bruno