Catedral, I
Bienvenidas, bienvenidos, una vez terminada la lectura de Nada, de Carmen Laforet, nos vamos a Estados Unidos a lomos de los cuentos de Raymond Carver, es el momento de entrar en Catedral.
Pero antes de meternos en harina, como es habitual cada vez que empezamos libro, unas cuantas recomendaciones prácticas:
- En primer lugar hablemos del libro. La edición que yo tengo es la de Anagrama (en mi caso, la de colección Compactos), que no es una edición crítica. Este libro, junto con los otros tres (también en Anagrama) de cuentos de este autor, forman parte de mis imprescindibles de mi biblioteca. La verdad es que se me hacía poco leer sólo Catedral y estuve tentado de proponeros leer los cuatro tomos de cuentos (son libros cortos), pero afortunadamente no cedí a la tentación.
- En segundo lugar una cuestión de ritmo. El libro tiene unas 200 páginas (en mi edición), vamos a leerlo en unas cuatro semanas, unas 50 páginas por semana: puede parecer un "volumen" pequeño de lectura, pero creo que estos cuentos bien merecen ser leídos y disfrutados con calma. Especialmente porque muchas veces parecen estar diciendo algo que no sabemos qué es y la relectura siempre es una opción interesante.
- Los comentarios. Al igual que en los clubes de lectura presenciales estos clubes de lectura virtuales se nutren de vuestras aportaciones. Sentíos libres para comentar lo que os apetezca: lo que os haya sugerido el texto, algún detalle, alguna reflexión, algo al hilo de lo leído, dudas, cuestiones sobre el estilo o la estructura, curiosidades, lo que os ha provocado, otras lecturas que os recuerde... en fin, lo que queráis. Igualmente os animo a comentar los comentarios de otros participantes del club e ir ampliando los hilos y las conversaciones. Los comentarios no están moderados, pero sólo podemos hacerlos (y leerlos) los participantes del club de lectura.
- Ah, una última cosa, os rogaría que incluyerais una imagen en vuestra cuenta (una foto de perfil), no hace falta que seáis vosotros, vosotras, pero es que si no todos los perfiles salen con la misma imagen por defecto y resulta bastante feo (y confuso).
Esta primera entrada con notas e introducción es algo más larga de lo habitual, espero que también os resulte interesante.
CATEDRAL
Carver es considerado uno de los mejores cuentistas del siglo XX. Este estadounidense publicó unas decenas de cuentos que, sin embargo, fueron suficientes para ponerlo en un lugar destacado en el canon occidental. En España estos relatos están publicados en cuatro libros por Anagrama (insisto: imprescindibles en mi biblioteca).
Carver es un extraordinario escritor, con un estilo depurado, minimalista, que nos desvela lo insólito de lo cotidiano, extrañando la realidad y mostrándonos las grietas que resquebrajan la rutina de los días. Sus personajes, gente normal y corriente, acaban por enfrentarse a una implacable realidad (como si de héroes clásicos se trataran frente a las adversidades del destino).
Resulta también fascinante la particular manera como cierra el autor muchos de sus cuentos, y cómo eso golpea al relato por completo, dándole un nuevo sentido y trasladando al lector al mismo lugar en el que muchos de sus propios personajes se encuentran.
ESTA SEMANA
Os propongo comenzar con la lectura de los tres primeros cuentos.
Plumas
La primera vez que leí este cuento pasé por el título como sin darme cuenta (no sé si os ha sucedido lo mismo a vosotras y a vosotros). Sin embargo, una vez terminas de leer el cuento el título se presenta como un señalamiento de un detalle pequeño (aparentemente pequeño) y, al mismo tiempo, magnífico. Unas plumas que apenas sirven para volar y cuya utilidad es presumir, dar vistosidad, llamar la atención. Ese paralelismo entre el pavo real y los sucesos (no tanto durante la cena como en las últimas líneas del cuento) queda señalado, precisamente, con este título. ¿No os parece?
Por otro lado me fascina cómo está todo contado y los elementos que ocupan un lugar relevante en el cuento: la dentadura sobre la televisión y el bebé. Ambos son, precisamente, lo contrario de lo que uno imaginaría hablando de plumas de un pavo real, por ejemplo, sin embargo existe ese paralelismo.
La casa de Chef
Otro cuento magnífico en el que todo el engranaje de un tiempo feliz se sostiene en un punto frágil, como veremos. No hay esperanza (¿o sí?). No quiero desvelar nada, pero me maravilla cómo está contado y cómo se desarma esa emoción brillante en apenas unas páginas y aparece esa resignación gris y derrotada.
Conservación
De nuevo un cuento sorprendente, implacable. Y también un cuento en el que percibimos ese espejo donde vernos, ese paralelismo entre lo que sucede en el sofá y lo que sucede en la nevera. Una situación inquietante en la que no hace falta muchas alharacas para que el infierno se aposente en nuestro cuarto de estar.
Tengo curiosidad por saber qué os parecen estos tres cuentos.
Saludos cordiales,
Pep Bruno