2ª parte. Hasta el capítulo 18

Libro que estamos comentando
No todos los monjes estuvieron de acuerdo con el disco que les catapultó a la fama y les sacó del anonimato, a pesar de que el éxito le haya proporcionado el suficiente dinero para invertirlo en refomas que el monasterio iba imperiosamente necesitando. 
 
Las causas de esa oposición no están demasiado claras por lo leído hasta ahora. ¿Pérdida de los valores de la vida monástica? ¿Exceso de proyección pública? ¿Corrupción de los votos de silencio y pobreza? Suponemos que, en resumen, la plácida existencia del monasterio de Saint-Gilbert-Entre-les-Loups desde su fundación en el siglo XVII se había visto alterada por la popularidad alejada de los valores defendidos por la congregación.
 
¿La intención de sacar un disco nuevo y de aprovechar la popularidad que les había poporcionado el éxito del primero era causa suficiente para que el prior y maestro de canto, el hermano Mathieu, hubiese sido asesinado?
 
La situación tan remota del monasterio obliga a enviar el cadaver donde sea posible realizar una autopsia y los análisis necesarios para ayudar al exclarecimiento del crimen. Mientras tanto el inspector jefe Gamache y su subordinado, el inspector Beauvoir, deciden permanecer en el monasterio para descubrir lo antes posible al asesino, si es que finálmente el hermano Mathieu fue asesinado.
 

Como en las novelas policíacas clásicas, las calificadas como "whodonit", en las que el interés reside en encontrar al asesino entre un número limitado de  sospechosos, basándose en las pruebas que puntualmente se reparten en el texto, los dos policías tienen la certeza de que, entre los 23 monjes con aspecto de corderos se esconde un lobo disfrazado con la piel sus compañeros.
 
"Es evidente que entre los monjes pasa algo grave. Hay algún tipo de animadversión. Sin embargo, cuando cantan, es como si nada de eso existiera. Como si se trasladasen a otro lugar- a un sitio profundo deonde no existen las rencillas, donde no hay más que satisfacción y paz. Ni siquier alegría, diría. Pero sí libertad. Parece que los problemas del mundo les sean ajenos", le escribe el inspoecgtor Gamache a su mujer, embelesado por la belleza de los cantos con los que los monjes acompañan la liturgia de los oficios divinos.
 
Como caído del cielo aparece en la escena, metafóricamente entre los muros del monasterio, el superintendente en jefe Francoeur. Ninguno de los dos policías se muestra especialmente entusiasmado; por el contrario, muestran su rechazo por la presencia de su superior, fruto de encontronazos en ocasiones anteriores de las que ya nos iremos enterando. ¿ A qué ha venido, de repente y sin avisar? A traer los resultados de los test de laboratorio parece una escusa muy frágil. Cualquier subordinado podría haberlo hecho en su lugar.