4- Réquiem de Anna Ajmátova
4- Réquiem de Anna Ajmátova
Esta semana del lunes 25 de noviembre, leeremos el fragmento X de Réquiem y el Epílogo. De la página 121 y a la página 127 y os comento brevemente Poema sin héroe.
En un día como hoy: Día Internacional de la eliminación de la Violencia contra la Mujer, permitidme comenzar
con estos versos de Poema sin héroe:
Después de apretar los labios amoratados,
locas Hécubas
y Casandras de Chujloma,
rumiamos en un coro silencioso
(nosotros, coronados por la desgracia):
"Estamos en la otra orilla del infierno"…
Y, sobre todo, si en sueños vemos
lo que debería habernos sucedido:
La muerte está en todas partes, la ciudad en llamas,
y Tashkent, florida y nupcial.
Allí pronto me hablará
el viento asiático de la fidelidad y de la eternidad.
Y añadir:
Ni una menos.
Réquiem
El final de Réquiem es dolorosamente hermoso.
No puedo dejar de escuchar una y otra vez ese epílogo:
https://1drv.ms/u/s!ApcsOwN8cRoKgthwc-J90zYFAk8m6w?e=Fd2kur
“Ahora sé cómo se desvanecen los rostros,
cómo bajo los párpados anida el terror,
cómo el dolor traza en las mejillas
rudas páginas cuneiformes,
cómo unos rizos cenicientos y negros
se tornan plateados de repente,
la sonrisa se marchita en los labios dóciles
y en una risa seca tiembla el pavor.
Y no sólo por mí rezo,
sino por quienes permanecieron allí conmigo,
en el frío feroz y en el infierno de Julio,
bajo el muro rojo y ciego”.
(Abajo tenéis la Versión de José Manuel Prieto González de esta última entrega para que podáis compararlas).
Poema sin héroe
Si bien os dije que no formaba parte de esta lectura ese poema, no he podido resistirme a comentar brevemente mi sentir ante su lectura.
Poema sin héroe es una reflexión poética sobre la propia poesía y el arte.
Es un reivindicar las voces de un gran número de artistas de todas las disciplinas que quisieron silenciar en nombre de una revolución que se convirtió en barabarie y de una autocracia disfrazada de acción comunista.
La revolución rusa bebió de un ideal de igualdad y libertad que Lenin y Stalin truncaron. No es arte, la que se somete a determinadas directrices y se pone al servicio de una ideología o peor aún se convierte en obligado vehículo de un determinado partido en cualquiera de sus disciplinas.
Eso denuncia Anna Ajmátova en este poema, aunque la palabra no es denunciar, ella muestra la voz de un personaje inexistente que suma todas las voces acalladas (pasadas y presentes) y que son polifónicas como sólo pueden serlo si pertenecen a artistas, ese héroe inexistente toma prestadas las palabras y el pensamiento de otros y de otras para reivindicar un pensamiento propio que se nutre de todo ello.
En el prólogo tenéis una explicación extensa y detallada sobre este texto, aunque a veces nos encontramos con términos para definirlo como metempsícosis, anagnórisis y catarsis que más que acercarnos nos alejan de él, pero en realidad lo definen y si nos detenemos a analizar su significado, lo vemos mucho más claro y sencillo:
la metempsícosis es algo así como la reencarnación «según la cual las almas transmigran después de la muerte a otros cuerpos más o menos perfectos, conforme a los merecimientos alcanzados en la existencia anterior». Así las almas de poetas y artistas se encuentran también en el alma de ese héroe inexistente, pero que toma sus voces para librarlas del olvido y la desmemoria.
La anagnórisis es el «reencuentro y reconocimiento de dos personajes a los que el tiempo y las circunstancias han separado y/o el reconocimiento de la identidad de un personaje por otro u otros».
La poesía y la reflexión sobre ella como lazo entre el pensamiento de poetas y artistas que el tiempo hará perdurar pese al intento de ser condenados al silencio por el poder autoritario que se adueñó del intento de un pueblo por alcanzar la libertad. Esa frase la escribió alguien, ese dibujo, esa música, esa escultura... fueron ilustrados por alguien, y todo eso que Anna Ajmátova muestra en este poema se convierte por identificación con la propia voz del poema que es y no es la de Anna, porque ella a su vez utiliza un personaje inexistente para decir lo desea decir, un juego metaliterario muy complejo e innovador en la historia de la literatura.
Y la catarsis es el «efecto purificador y liberador que causa la tragedia en los espectadores suscitando la compasión, el horror y otras emociones».
Poema que nos libera y nos entrega, pese a la tragedia, un halo de esperanza, que recupera una era, una ciudad, San Petesburgo, (borrada hasta en su nombre ya que fue renombrada Leningrado de 1924 a 1991), un modo de vivir en libertad, en ese espacio de tiempo en el que aún había esperanza de acabar con el poder de los zares, es también una ilusión truncada por el terror. Es un homenaje a las literaturas pasadas, presentes (y futuras) que las rescata de las garras del comunismo (transformado en lenilismo y stalinismo que es otra cosa).
Un canto a la justicia y a la libertad artística.
Y la palabra ajena aparece
y como un lejano copo de nieve se funde
en mi mano, confiada, sin reproches.
Cap. 3
Porque por todos los caminos
Porque por todos los umbrales
Avanzaba lentamente una sombra.
Segunda Parte
Intermezzo CRUZ
2
...
Con quién, cuándo y por qué se reunió,
Quien murió y quedó con vida,
Quién es el autor y quién el héroe.
Para qué necesitamos hoy
Estas reflexiones sobre el poeta
Y este enjambre de espectros»
8
... Y el silencio vigila al silencio
16
Sí, me acusarán de plagio...
¿Acaso soy más culpable que otros?
Además, no me importa.
Acepto el fracaso
Y no oculto mi confusión...
El cofre tiene triple fondo.
17
Confieso que he usado
una tinta simpática,
que escribo una carta a través del espejo.
No hay otro camino para mí
Sino éste que encontré de milagro
Y que no tengo prisa en abandonar.
Versión de Réquiem José Manuel Prieto González de esta última entrega para que podáis compararlas.
10 Crucifixión
No llores por mí, Madre,
yo yazgo en la tumba.
I
Un coro de ángeles cantaba el gran advenimiento
y los cielos llameaban como fuego fundido.
Al Padre dijo: «¿Por qué me has abandonado?».
Y a la madre: «Oh, no llores por mí…».
1940
II
Se debatía y lloraba Magdalena,
su discípulo predilecto se había vuelto de piedra.
Pero a donde la Madre sufría en silencio,
nadie osó levantar los ojos.
1940-1943
Epílogo
I
Aprendí cómo puede deshojarse un rostro
cómo entre los párpados asoma el espanto,
y el sufrimiento va grabando las mejillas,
como tablillas de escritura cuneiforme.
Cómo bucles que fueron castaños o negros
se tornan plateados al paso de una noche,
y se marchita la risa en los labios sumisos
y en la seca sonrisa vemos temblar el miedo…
No sólo por mí elevo esta plegaria,
sino por todos aquellos que a mi lado
soportaron el frío atroz y el bochorno de julio,
a los pies de aquella pared roja y ciega.
II
Otra vez se avecina el Día de los Muertos
Ya las veo, ya las oigo, ya las siento.
Y aquella, que no pudo soportar el sufrimiento,
y aquella, que ya no pisa el suelo materno,
y a la que sacudiendo su hermosa cabellera
dijo: «Vengo aquí como quien va a su casa».
Quisiera, una a una, llamarlas por sus nombres,
mas me han robado la lista, ya nunca podré hacerlo.
Para ellas he tejido este amplísimo manto
con sus propias palabras, con su llanto inconsolable.
Las recuerdo siempre, dondequiera que me encuentre,
jamás las olvidaré, aunque me asalte una nueva desgracia.
Y si algún día silencian esta boca atormentada
por la que gritan cien millones de almas,
que también me recuerden como yo a ellas hoy
en vísperas del Día de Muertos.
Y si algún día en este país
deciden erigirme un monumento,
consiento en recibir tal homenaje
pero con esta condición:
no erigirlo junto al mar, en mi ciudad natal,
pues he roto el último lazo que me ataba a él,
ni en el jardín imperial, junto al tocón querido,
donde aún vaga y me busca sin consuelo una sombra.
Sino aquí, donde aguardé trescientas horas
y donde este portón jamás abrió sus hojas.
Porque hasta en la misma ventura de la muerte
temo olvidar el fragor de los negros furgones;
o el rechinar del odioso portón
y a la anciana que aullaba como una fiera herida.
Para que por mis párpados de bronce
la nieve del deshielo fluya como lágrimas.
Y la paloma de la cárcel arrulle en el cielo
y en silencio los barcos naveguen por el Neva.
Marzo de 1940
¡Buena lectura!
Nos encontraremos el lunes 2 de diciembre con nueva lectura.
¡Feliz semana!
Paula Carbonell