Hasta el capítulo "Freixura", incluido
(Cees Nooteboom, de 91 años, y su esposa la fotógrafa Simone Sassen en su vivienda del caserío de Es Consell, en Sant Lluís. | Foto: T. SEGUÍ)
Queridas viajeras, queridos viajeros:
Este mes de octubre nos asomamos a “Lluvia roja” de Cees Nooteboom, que es lo mismo que entrar (casi sin permiso) en su casa menorquina, y curiosear por los rincones para ver si Murciélago, la gata libre y asalvajada, aparece saltando la tapia.
Cees Nooteboom, gran viajero y uno de los escritores contemporáneos de literatura de viajes más importante, nació en La Haya en 1933 y, desde hace casi sesenta años (por lo menos, hasta 2024) pasa gran parte del año en Menorca. Sus diarios menorquines son los que compartió, en 2007, en “Lluvia roja”, editados por Siruela.
En 2023, desde la isla, concedió esta entrevista a Juan Cruz: “Soy parte de un mundo que está desapareciendo”, a raíz de su último libro publicado, sobre Japón. En un determinado momento, Cruz le recuerda que ha viajado mucho, desde muchacho y Nooteboom le contesta: “pensé que esa era la manera de vivir. Gracias a eso he conocido a mucha gente, he aprendido idiomas… he visto sociedades, posibilidades de vida”.
Os enlazo, en los vídeos de la parte inferior, otra entrevista realizada por Juan Cruz, en 2019, en el que realiza un recorrido por el pensamiento y la obra de Nooteboom, y también sobre Lluvia roja.
En estos primeros capítulos, Nooteboom nos describe la casa, la isla, y, sobre todo, los alrededores de la casa: los árboles, los cultivos echados a perder, la sequía del campo menorquín... amén de los vecinos, de su cotidianeidad y sus relaciones con ellos. Y cuando hablo de vecinos, me refiero a todos los vecinos: perros, caballo... No en vano empieza por la gata, heredada de un inquilino que prometió pagar una cantidad simbólica, se olvidó y les dejó Murciélago, aunque con un nombre distinto.
Temible, sin duda, es la vecina, Nuria, una mujer con ideas propias, vengativa y de voz chillona, pero a la par leal. Sin duda, las descripciones de los vecinos son estupendas, así como las diferencias (algo inevitable de consignar) entre la isla y la vida en Holanda. A medida que estaba leyendo, me acordaba de otros escritores “de islas” y de cómo desgranaban la cotidianeidad y el modo de vida de los isleños... y Nooteboom sigue esa estela.
En esta primera aproximación a Lluvia roja, he encontrado ironía, humor, ternura, amor hacia la isla, una suerte de apego casi inexplicable para un escritor que se dedicaba a viajar por todo el mundo cuando no estaba en Menorca. ¿Qué encontraría allí, qué encuentra, que no ha encontrado en otro lugar?
¿Habéis leído alguna obra de Nooteboom o es vuestra primera vez? ¿Cuáles son vuestras primeras impresiones?