4ª parte. Hasta el final.
Libro que estamos comentando
El teniente Sutch hace los preparativos para marchar a rescatar a Harry Feversham, prisionero por decisión propia en la cárcel de Omdurman, en el mismo corazón del imperio de los derviches de el Mahdi. Ha sido un encargo de Durrance, al que su ceguera impide ir personalmente a hacerlo.
¿Os habéis dado cuenta de la aparente contradicción entre la confesión del propio Sutch cuando dice que es pobre, que solo recibe media paga del ejército y que no tiene dinero para soportar el gasto de la expedición? A la vez, pide a su servidumbre que le hagan las maletas. ¿Cómo se podía permitir el lujo de tener servidumbre si tenía poco dinero?
Al final, es el padre de Harry, el general Feversham, el que se hace cargo de los gastos del viaje de Sutch. El general que conocimos al principio, cuando organizaba aquellas veladas para hablar de la Guerra de Crimea, está totalmente abatido después de haber sufrido el deshonor de su hijo. No quiere hablar con Durrance antes de que este se vaya a Weisbaden a intentar su recuperación.
"No me interesa en absoluto. No es mi deseo que se muera de hambre, por ello mi procurador me dice que cobra la pensión. Me conformo con saber eso", contesta Ferversham, tan intransigente como herido en su amor propio. Sin embargo, no es el único que apela al honor. Durrance suelta una frase enigmática cuando el general le dice que ha oído habla de su compromiso con Ethne: "Creo haber dicho que Harry recobraría todo lo perdido, a excepción de su carrera." Esto no puede ser más que una muestra de abnegación de Durrance, que es capaz de renunciar a su amor por Ethne haciendo lo posible para que ella y Harry vuelvan a reunirse.
Los últimos capítulos recuperan afortunadamente el relato de los pasos de Harry en La Casa de Piedra, la terrible carcel enfrente de la capital Jartum. Allí los prisioneros viven en un régimen de semilibertad, incapaces, sobre todo si eres occidental, de conseguir huir con éxito hasta las zonas dominadas por el ejército de británico. Lo peor es el hambre y el trato de los carceleros, y todo esto hace que las condiciones de vida sean penosísimas.
Recordemos que Harry hace todo lo posible para ser recluido en La Casa de Piedra para estar más cerca del capitan Trench, uno de los tres compañeros que le dieron una pluma para burlarse de su valor. Sueña con que Trench recupere su pluma y así disfrutar de la tranquilidad de una nueva vida en su casa de campo en Inglaterra. En su corazón todavía sueña con Ethne y con recuperar también la pluma que le entregó en la noche del baile. ¿Qué pasará cuando se entere del compormiso de la muchacha con su mejor amigo?
Después de más de tres años de cautiverio, Trench está sin esperanza de poser huir y regresar a la civilización. La huida para un occidental es casi imposible. Necesita muchos recursos: comida, caballos, dromedarios, rifles y municiones y guías.
Otro occidental es introducido en la prisión en unas condiciones lamentables, demacrado y delirando. En su delirio cuenta detalles que sorprenden a Trench y que, finalmente, hacen que reconozca a su antiguo amigo Harry Feversham.
Al recuperarse, Harry le cuenta ha venido para sacarle de la Casa de Piedra y que tiene planes para hacerlo. En esa tesitura, se juntan dos planes diferente, el ya conocido para salvar las vidas de los que están en la cárcel y que lidera el amigo de Harry, Abú Fatma, y además están las ls gestiones que haya ido haciendo Sutch desde Saukin. Será el plan de Abu Fatma el que acabará teniendo éxito y acompañará a Trench y a Harry hasta las ciudades del norte dominadas por los ingleses.