Segunda parte: hasta el capítulo 11
Libro que estamos comentando
Algunas críticas han considerado LA VÍSPERA DE CASI TODO como una novela coral. Efectivamente, aquí se cuenta la historia de varios personajes a la vez y se narran hechos que suceden paralelamente y que se cruzan en varios puntos.
Hasta ahora conocíamos a Germinal, tal vez el protagonista involuntario de la novela, a Eva/Paola, la madre de la niña asesinada en Málaga, y los que viven en la pequeña localidad de la Costa da Morte donde se refugia Paola: Mauricio y su nieto Daniel, y Dolores con su hija Martina.
También aparecen personajes que en esta segunda parte adquieren consistencia: la niña, Amanda, y su asesino, los compañeros de juventud de Mauricio, la Pecosa y Oliverio, y la familia del inspector germinal, Carmela y su hijo Samuel.
Con todos ellos el hilo principal de la novela, que es el asesinato de Amanda y los efectos que esta muerte ha causado en la vida de los que la conocieron, se combina a traves de diversos saltos temporales y espaciales (A Coruña, Barcelona, la Costa da Morte, Alemania), con las vidas de los demás y forman un mosaico de relaciones, episodios y vicisitudes que todavia, cuando ya estamos a la mitad del libro, no sabemos a donde nos va a llevar.
Ya habíamos comentado que LA VÍSPERA DE CASI TODO se empieza a leer como una novela negra, pero pronto se da uno cuenta que avanza en varias
direcciones difíciles de prever.
En dos momentos distintos Mauricio viaja a Barcelona para buscar, y finalmente encontrar, a Oliverio, su antiguo amigo y compañero en su período de emigración en Alemania. Desconocemos todavía la causa que impulsa la búsqueda de Mauricio, pero Víctor del Árbol magistralmente describe el cambio de la relación entre los dos antiguos amigos sin desvelar el motivo de su enemistad. Si antes les toco enfrentarse con esperanza a una vida fuera de su país, ahora es muy patente la hostilidad que existe entre ambos. ¿Qué le pide Mauricio? ¿Qué le tiene que devolver Oliverio? Del Árbol pone en boca de Oliverio esta enigmática frase: "Los amigos están para traicionarse".
En un hospital de A Coruña, Paola se recupera de sus heridas y pide la ayuda de Germinal para que, en el peor de los casos, avise a su familia que la busca y reciba el dinero de la recompensa. Y mientras a nosotros se nos oculta la conexión entre su vida escondida, hasta unos días antes, en un pequeño lugar de la Costa da Morte y la paliza que la ha llevado al hospital.
Para intentar saber lo sucedido, Germinal, consciente de que la prensa y la policía acudirán como moscas al saber la identidad de Eva/Paola, intenta, sin éxito, conocer el testimonio de la mujer, mientras que la doctora que la atiende muestra su desprecio hacia un policía sobre el que recayeron sobrados indicios de que se extralimitó en sus funciones cuando detuvo al culpable del asesinato de la pequeña Amanda.
Meses antes, se nos cuenta los días que Paola pasó intentando esconderse de los suyos y de sus fantasmas en el pueblo costero gallego. Es difícil calibrar todavía las consecuencias de la relación sentimental que inicia con Daniel. de cualquier forma no es esta relación únicamente sexual, sino que parecen que son dos seres destinados a encontrarse y a complementarse. En ambos casos, tanto a Paola como a Daniel esta relación sirve para recuperarlos del estado letárgico al que los bandazos de la vida les ha llevado hasta ese momento.
Todos y todas tienen una historia que contar, siempre con pasados muy tormentosos y con vidas duras y castigadas muy a su pesar. Las vidas que se entrelazan desde el pasado indiscutiblemente sigue teniendo peso e importancia en el presente. Una vez más el pasado vuelve a ser el protagonista de la historia, un pasado del que no se puede escapar por mucho que intenten esconderse y regatearlo.
La novela, que comenzaba de forma trágica, cubre hasta ahora de tragedia a todos los personajes, sin visos de que la esperanza en un futuro mejor se asome a sus vidas.
El arte de la pintura (Alegoría de la pintura), de Johannes Vermeer. Es la pintura que Germinal y su amigo contemplan en la exposición de París cuando conoce a su mujer, Carmela.