Primera parte
Queridas viajeras, queridos viajeros… iniciamos viaje a la República Democrática del Congo acompañando a unos personajes de novela en una historia que he calificado, varias veces y en distintos foros, de “hermosa”, pese a los horrores que narra. Y es que en esta obra, Gonzalo Giner nos muestra lo peor y lo mejor del ser humano, así como lo terrible, descarnada y maravillosa que es la naturaleza. No infantiliza ni romantiza la vida salvaje, la cuenta. Y en ese relato, pese a la dureza de (por ejemplo) la vida de Bineka entre los chimpancés, entendemos, desde el más puro de los instintos, cuánto necesitamos la selva, los animales, los recursos naturales, el pulmón verde de la Tierra. Y comprendemos que el género humano no está en la cúspide del “reino animal”: hay otros seres que sienten y viven y respiran y se reproducen y sufren y protegen en un cálido abrazo… que tienen derechos cuya vulneración es uno de los peores delitos que podemos cometer.
En esta primera parte conocemos ya a los personajes más importantes de la historia; tal vez podríamos dividirlos en dos mundos contrapuestos y contradictorios: un mundo tecnificado, muy desarrollado, de hoteles, vuelos en avión, urbanita… y un mundo selvático en el que conviven animales y seres humanos, rico en recursos naturales (necesarios para mantener el nivel de vida rapidísimo y, en ocasiones desquiciante, de ese mundo tecnificado y urbanita. Precisamente, esos recursos, esa riqueza natural (coltán, iroko…), es su mayor peligro, puesto que atrae a una sarta de empresas y hombres poderosos y archimillonarios que, en connivencia con el poder político de la zona, expolian, roban, saquean, expulsando a sus habitantes, tanto humanos como animales.
Pero hay otras personas, otras instituciones, otras organizaciones que, provienen de países ricos, que trabajan sobre el terreno para intentar contener la herida sangrante de pobreza, hambruna, miseria y desastres naturales que asolan a la República Democrática del Congo: médicos, ONGs… Que tratan de denunciar lo que ocurre, que no quieren (ni pueden) permanecer pasivos, ni callados. (¿Serán, acaso, nuestros héroes contemporáneos? ¿Nosotros mismos… podemos llegar a comportarnos así, podemos hacer algo, aunque sea mínimo?)
Estamos ante la desaparición de dos mujeres en la República Democrática del Congo: Beatriz, cooperante en una ONG, española, y Bineka, una joven de una aldea que un grupo de hombres armados quema, destruye… A Beatriz la buscan todos: su padre, el inflexible y cargado de prejuicios y creencias, el militar; el grupo de hombres que recluta para su búsqueda ( un equipo de militares y de cuerpos especiales de policía); su amiga del alma Lola (la ejecutiva de la empresa tecnológica Moviplus); su pareja, René, el comprometido médico que volvió a su país después de haber experimentado el lujo proporcionado por el dinero de dedicarse a la cirugía estética para millonarios; sus compañeros de la ONG Greenworld África, entre los que destaca Colin, el escocés que encontró su esencia en ayudar a los demás ( empujado por un desengaño amoroso). A Bineka, sin embargo, no la busca nadie (más allá del asesino de su abuelo), y, sin embargo, Colin la encuentra.
Su aldea ha sido arrasada, su abuelo asesinado, mataron a todos: sus amigos, sus vecinos… Ella, salvada en un principio por sus espectaculares ojos verdes (la selva congoleña parece vivir en ellos), así como por su físico, consigue huir tras una accidente en el que sus raptores atropellan a varios miembros de un clan de chimpancés. Bineka es una joven valiente, que dispara en el pecho al asesino de su abuelo (ojo, que ella le da por muerto, pero ya sabemos que no… y que es un hombre vengativo, despreciable… un asesino sin corazón), y huye… pero el clan de los chimpancés la asimila, y se la lleva… En realidad es Mahira, la chimpancé que acaba de perder a su hija en el accidente, y Furaha, su nieta, la que la acogen y la cuidan. Los días con los chimpancés no son fáciles; el líder del clan, un furibundo y cruel chimpancé, Takuro, la observa, la cerca, la asedia. Mashira la salva de él una y otra vez. Hay momentos de ternura, sobre todo protagonizados por Mashira y Furaha, o cuando Bineka ayuda a parir a la chimpancé Blanca… pero los enfrentamientos entre los machos, la caza furtiva de los chimpancés en la que asesinan, entre otros, a Mashira… las heridas que le inflige Takuro cuando la sorprende huyendo… son golpes terribles que recibe nuestra joven congoleña. Parece imposible que logre sobrevivir...
Lola es la otra mujer importante de esta historia. Pese a que tiene un importante cargo en la empresa tecnológica y es una profesional hecha a sí misma, Lola no se ha visto en otra. Su mundo se ha dado la vuelta, ahora, lo más importante para ella es encontrar a su querida amiga Beatriz. Y, en medio de su zozobra y su hecatombe particular, desde su empresa le comunican un cambio de destino, pretenden encargarle la dirección de la filial en la India. Lola habrá de decidir si continúa en el Congo hasta encontrar a su amiga (o, al menos, hasta saber qué ha sido de ella…) o acepta el puesto y abandona esa búsqueda. Por si fuese poco, se siente atraída por Colin, aunque no ha querido profundizar en ese sentimiento, sus pensamientos son para su amiga.
Así están las cosas.
Una cooperante desaparecida, secuestrada, no se sabe si por una organización criminal de tantas que pueblan la zona (una zona tan grande como España), por una empresa depredadora en connivencia con las instituciones políticas corruptas.
Una joven congoleña que sobrevive en medio de un clan de chimpancés y a la que acaba de avistar Colin, de Greenworld, que no da crédito…
Dos mujeres que provienen de dos mundos distintos… ¿llegarán a encontrarse?
Os dejo por aquí algunos enlaces que me parecen interesantes:
- La reunión que celebran Lola y su equipo tiene lugar en La Gomera y se habla del silbo. Este episodio del pódcast In Situ, me resulta muy evocador.
- Gonzalo Giner, en la entrevista que os enlacé en la anterior entrada, habla de la española que trabaja con los chimpancés del Congo: Rebeca Atienza.
- Un chimpancé le salvó la vida a una veterinaria y ese día cambió su vida.
- Lecciones de vida de un espíritu indomable: Jane Goodall, primatóloga.
- Indispensable contribución de la Cuenca del Congo en la lucha contra el cambio climático.
- Chimpancés curiosos. National Geographic.
- Médicos Sin Fronteras, su trabajo en la República Democrática del Congo.
Respecto a la historia de la República Democrática del Congo, el autor lo explica de una manera sencilla y completa, y sobre la palma, la madera, el coltán o las turberas que está intentando cartografiar Colin para evitar desastres naturales, en la novela leeremos más sobre ellas, ya que forman parte indisoluble de la trama. Y, cuando lleguemos al final de la lectura, en la Nota del autor, Giner nos explica mucho acerca de todo ello. Creo que debemos esperar a leer sus palabras…
¿Qué os está despertando esta novela? ¿Os está gustando la manera de narrar de Giner? ¿Notáis (o es cosa mía) el amor que siente el escritor hacia los animales... su sensibilidad, su respeto? ¿Qué parte os ha impresionado más?
Vuestro turno, lectoras, lectores.