4ª parte. Hasta el final.
He encontrado una entrevista de Riku Onda para Publishers Weekly, el 20 de diciembre de 2019, en la que se resuelve la duda que nos ha estado asaltando desde que iniciamos el comentario de esta novela. Me refiero a la palabra "Eugenia" que aparece en varios momentos del texto, en el poema inicial y, especialmente, en los capítulos finales. Haiko confiesa que el poema del inicio (que es también el contenido de la carta que aparece en el salón de los Aosawa) fue compuesto al alimón mientras ella y el joven conversaban en el banco de piedra con vistas a la playa, en esos momentos en los que podían hacerse confidencias lejos de la mirada de los demás.
Onda, en sus declaraciones, confiesa los motivos por los que utilizó ese nombre, tan poco habitual en Japón, para citar al utópico país al que ambos querían escapar para estar en soledad, lejos del ruido de los que la rodeaban:
"¿De dónde surgió la idea para el libro? Soy un gran admirador de Michel Petrucciani desde mis años de estudiante, y siempre me ha cautivado especialmente su canción «Eugenia». Me inspiró a escribir un poema. Luego, algunos años más tarde, al pensar en qué tipo de historia podría formar parte el poema, decidí que tenía que ser una compleja intriga sobre la vida y la muerte, y probablemente ambientada en un pueblo costero de la región de Hokuriku, donde viví de niña." Efectivamente, cita la música de Michel Petrucciani y su canción "Eugenia" como misteriosa inspiración de un nombre que no acabábamos de entender.
La entrevista continúa con una pregunta que también me parece interesante reproducir:
"¿Qué te permitió lograr que la historia se desarrollara a través de las respuestas a las preguntas de un entrevistador invisible, algo que no hubieras podido hacer de otra manera? Intentaba escribir una novela que, gradualmente, generara en el lector una creciente incertidumbre, y creo que responder a un entrevistador invisible resultó eficaz para evocar esa sensación de inquietud. Quería escribir sobre una zona gris que no se puede expresar mediante un discurso dualista de bien o mal, amigo o enemigo, y pensé que esta técnica haría que los lectores sintieran esa ambigüedad y falta de certezas."
La incertidumbre y la inquietud son, sin duda, dos de las sensaciones más comunes que nos invaden al acabar la novela. También sorpresa, enojo, desorientación o la necesidad de hacer una relectura para intentar entender muchos detalles de la trama sobre los que no tenemos explicación. Leyendo las críticas de los lectores, sospecho que "El asesinato de los Aosawa" es una novela que te atrapa o que acabas odiando. Al final, con muchas dudas y con muchos flecos por aclarar, los hechos que rodean la tarde de verano de 1973 parecen contrastados: Haiko Aosawa, la hija ciega de la familia, a logrado la colaboración de un misterioso joven para que lleve unas botellas de bebidas envenenadas durante la celebración de una fiesta de cumpleaños de tres miembros de la familia. Todos mueren, excepto ella y la gobernanta de la casa.
La investigación policial y las sospechas de muchos de los testigos coinciden en responsabilizar a Haiko como incitadora; sin embargo, no encuentran las pruebas necesarias para incriminarla. Todo son sensaciones, comentarios sobre la belleza, la frialdad o la "maldad transparente" dibujada en el rostro de Haiko.
Y también están las dudas y los detalles que no encajan en una historia que se construye con retazos de opiniones, confesiones, informes y recuerdos. ¿Qué significa el coche rojo con el que casi se tropieza el inspector Teru en la mansión Aosawa? ¿Cuál es el motivo por el que Makiko escribe "El funeral de los sueños" y no aporta ninguna conclusión sobre la culpabilidad de los asesinatos?¿Lo escribe para ella misma, como opina el inspector, y para saber la verdad?¿Quería Haiko deshacerse de su familia solo porque le molestaba su ruido?¿Cuál es el motivo de la llamada telefónica que se recibe en la casa en la tarde de los actos?¿Cuál es la explicación a la habitación azul, al recuerdo de momentos de miedo de Haiko?¿En esta escena se sobreentiende un caso de abuso infantil?¿Qué papel tiene la madre y qué influjo tuvo sobre su hija?¿Qué quiere contar la autora con todo lo relacionado con la flor del árbol de Japón y la voz de las flores?¿Qué sentido tiene que Makiko fallezca por un golpe de calor en la ciudad donde ocurrieron los hechos?¿De qué pecado debía arrepentirse Hisako?
Son demasiadas incógnitas que han dificultado la lectura y han abierto expectativas que luego no se han visto confirmadas. Aun así, esta oscura y deslumbrante novela desafía cualquier intento por categorizarla. ¿Es un thriller? ¿Es una novela policíaca?