2ª parte. Hasta el capítulo 7.
La estructura de esta segunda parte reproduce los mismos patrones que la primera. Distintos protagonistas que tuvieron relación con el caso del asesinato de los Aosawa rebuscan en su memoria y cuentan, treinta años más tarde, los testimonios que sirvan para componer el rompecabezas de un crimen con muchos enigmas pendientes y sin una resolución clara.
Capítulo 4
El teléfono y un juguete. La hija de la gobernanta.
- La amargura que acompañó hasta su muerte a la gobernanta de la casa de los Aosawa la relata su hija, que vivió también aquellos hechos y que tuvo que soportar junto a su familia que se levantaran rumores en toda la población sobre el grado de conocimiento que su madre tenía sobre los envenenamientos. Al principio, muchos llegaron a decir que sabía que las bebidas estaban envenenadas y que por eso tomó solo un sorbo. Eso no impidió que pasara unos días en el hospital y que sufriera las consecuencias, tanto físicas como emocionales, toda su vida. La madre nunca quiso dar detalles de aquella desgracia, aunque todos pensaban que ocultaba muchas cosas.
- Por el relato de la hija sabemos de la forma de vida de Hisako y de su familia. La niña y su hermano Nozumu formaban una pareja de niños perfectos y misteriosos, los reyes de la casa y del pueblo. La madre, católica practicante, dedicaba mucho tiempo a las obras de caridad en el pueblo y era querida y respetada por todos. Y así muchos detalles que ella había vivido desde pequeña cuando acompañaba a su madre en el trabajo.
- También describe la casa, a la que llaman la de las "ventanas redondas" por las tres ventanas que los arquitectos occidentales habían diseñado para aportar personalidad y distinción a la casa familiar de la familia de médicos, y las pequeñas habitaciones a las que correspondía cada una de las ventanas.
Capítulo 5
Sendero de los Sueños: primera parte
El punto de vista del inspector.
- El inspector Teru descubrió que su verdadera vocación era utilizar su instinto e intuición para resolver crímenes desde su puesto como inspector de policía. Sin embargo, en un momento de su carrera se encontró con un caso incomprensible que le fue imposible descifrar. El caso no respondía a ningún patrón que él hubiese visto hasta la fecha. Desde el primer momento en el que conoció a Hisako, la hija superviviente, tuvo el convencimiento de que la niña era la culpable, pero necesitaba pruebas que demostrasen lo que su intuición le proponía.
- Tras muchos meses de trabajo y de investigación, tuvo que reconocer que había llegado a un callejón sin salida; más aún cuando se supo que un joven se había declarado culpable y a continuación se había suicidado. Sus huellas habían aparecido inequívocamente en las botellas de sake y en la carta y el vaso que se encontraron en el salón de la casa de los Aosawa.
- La personalidad taciturna del inspector Teru queda reflejada en algo tan característico de la cultura y la sociedad japonesa como es los trabajos de origami y la elaboración de grullas de papel.
Capítulo 6
Personas invisibles. Sei-ichi, hermano mayor de la autora de "El festival olvidado"
- Podría parecer que las declaraciones de un personaje tan colateral como el hermano mayor de Makiko Saiga no tendrían mucha importancia en esta historia, pero este capítulo es muy revelador porque aporta un testimonio de primera mano sobre la escena inmediatamente posterior a que los participantes en la fiesta de cumpleaños de los Aosawa ingirieran las bebidas contaminadas de cianuro. Cuando los tres hermanos Saiga llegaron a la casa, todavía estaban convulsionando algunos de los cuerpos que yacían en el suelo. Fue el hermano mayor el que corrió a avisar a la policía sobre lo que acababa de ocurrir.
- Sei-chi, además, expresa cómo percibía el papel de los Aosawa en el ambiente del pequeño pueblo en el que vivían. Eran, sin duda, una familia influyente y respetada, aunque posiblemente también envidiada y objeto de muchos resquemores. Los Aosawa, y en especial Hisako, se habían acostumbrado a tener a su alrededor a muchas personas que les hacían la vida más fácil.
- Todavía nos surgen bastantes preguntas sobre las motivaciones por las que Makiko escribió “El festival olvidado”. Ella también fue testigo inicial de los envenenamientos y conocía muy bien a Hisako y a su familia, a pesar de que era una niña cuando esto sucedió. Que diez años después decidiera rememorar esta historia y plantease la búsqueda de la verdad de los hechos sorprendió a su familia, aunque Shei-chi ya relata la compleja personalidad de su hermana. Aporta dos momentos claves para entenderla: el primero es cuando advierten su gran capacidad para imitar a otras personas y apropiarse de sus vidas. El otro, mucho más perturbador, sucede cuando causa un envenenamiento a su familia poniendo plantas venenosas en la comida. Su respuesta de por qué lo hizo sorprende todavía más: "Quería saber que se siente al matar a alguien”. ¿Tuvo ella algo que ver con el envenenamiento del sake y de las bebidas de los Aosawa?
- Por último, el propio personaje de Shai-chi se nos muestra como una persona extremadamente aprensiva, temerosa de contaminarse por cualquier pequeño contacto con las bebidas y la comida que pueda consumir. La muerte de los Aosawa por envenenamiento aumentó, sin duda, sus síntomas y su comportamiento maníaco.