2ª parte. Hasta el capítulo 12.

Libro que estamos comentando
Ciertas circunstancias en torno a la muerte de Bertrand Barthelme obligan al inspector Gorski a indagar en su vida personal. La clave está en saber qué hacía el abogado conduciendo por la A 35 cuando su familia pensaba que, como cada martes, cenaba con un grupo de amigos en un restaurante del mismo Sant-Louis.
 
Cuando Gorski pregunta a los supuestos compañeros de cena, de  todos recibe la misma respuesta: más que amigos se consideran conocidos y colegas en algún negocio puntual. Y de las cenas periódicas de los martes, no saben nada. Así que, durante muchos años, el abogado Barthelme ha estado ocultando a todos una vida paralela lejos de su ciudad. ¿Es eso suficiente motivo para que el inspector siga hurgando en la vida privada del abogado cuando todo indica que fue una muerte accidental?
 
La vida de George Gorski también influye en su trabajo diario. Su mujer, hija del alcalde de la ciudad, le ha abandonado recientemente con su hija y se ha ido a vivir con sus padres, después de veinte años de matrimonio. Volver cada día a su casa se le hace cada vez más duro. No conocemos las causas de su separación, pero puede que este hecho haya provocado su reciente interés por Lucette Barthelme. "Me he dejado engatusar", piensa en algún momento, pero entre que no tiene mucho trabajo y que le gusta la señora, continúa desentrañando los últimos momentos de la vida secreta del abogado.
 
- De forma paralela, Raymond, el hijo, viaja a Mulhouse, a 34 kilómetros de Sant-Louis, para comprobar cierta corazonada que ha descubierto entre los papeles privados de su padre: una escueta dirección escrita en un viejo trozo de papel, 13 Rue Saint-Fiacre, en Mulhouse. Hacia allí se dirige el joven buscando no sabemos muy bien qué. Siente admiración por su padre, pero sufre su desdén. Parece más unido a su madre, aunque no le cuenta lo de su viaje; se aleja de los estudios, no sabemos si por el impacto de la muerte de su padre; se refugia en la compañía de sus dos amigos, Stephane e Yvette, con la que ha iniciado sus primeros escarceos sexuales. 
 
En la ciudad alsaciana, inicia un peculiar seguimiento en la casa del número 13 de la calle Saint-Fiacre, intentando descubrir a ciegas cuál de sus inquilinos ha podido tener relación con su padre.
 
Si la sospecha de utilizar esa dirección, escrita en un pedazo de papel, sin ningún motivo aparente ya nos parece de lo más arbitrario, las idas, venidas y esperas a la puerta del número 13 nos resultan de lo más aburridas y ni siquiera el robo de una navaja consigue insuflar algo de interés a la historia.
 
- Mientras, el informe del accidente y el de la autopsia certifican las primeras impresiones del accidente. Solo dos detalles merecen la atención del policía: unos arañazos en el lateral del coche y la elevada tasa de alcohol del fallecido. Los primeros no estarían relacionados con el accidente y el segundo justificaría la salida de la vía del abogado Barthelme. ¿Acaso el accidente se podría deber a que otro vehículo lo hubiera desalojado violentamente de la vía? Si no hay más pistas, todas estas sospechas se pueden quedar en simples fantasías.
 
De vuelta a casa, Gorski para en su taberna habitual, Le Pot, y entre tragos de cerveza y perritos calientes, lee en el periódico una noticia que le hará saltar las alarmas: una mujer, Veronique Marchal, ha aparecido estrangulada en su apartamento de Estrasburgo. Todo indica que el móvil era sexual y que se dedicaba a la prostitución.
 
El policía encargado del caso en la capital alsaciana es Philippe Lambert y con él se pone en contacto Gorski, porque, otra vez, la intuición, la fecha del asesinato coincide con el accidente de Barthelme: la noche del 14 de noviembre. ¿Podría haber planeado el asesinato y volver a su casa en la misma tarde? Las teorías que Gorski encajan perfectamente en su cabeza, pero no tiene pruebas que la corroboren. Puede que todo fuera una coincidencia y nada más. 
 
Para intentar confirmar sus sospechas pretenden acudir al vecindario de la fallecida con una foto del abogado, para comprobar si alguno de los vecinos le reconocen. Para todo ello necesita la colaboración de la policía de Estrasburgo, algo que al principio no le resulta fácil, pero que finalmente consigue.
 
- De forma paralela, Raymond vuelve al día siguiente a su investigación en la Rue Saint-Fiacre. Su personalidad resulta bastante controvertida. No puede ser considerado un joven rebelde, porque está acostumbrado a depender de sus padres, a los que roba incluso algún dinero para financiar sus aventuras. Diríamos que su mayor virtud, en lo que lo diferencia de los demás jóvenes de su edad, es en su belleza afeminada. "Bueno, no es tan guapo como tu", dirá después su amiga Delph hablando de su amigo Luc. Si al principio se podría imaginar cierto parecido con el protagonista de "El guardián entre el centeno", Holden Caulfield, la comparación siempre le sitúa en desventaja con este último.
 
Resultan tediosas las páginas dedicadas a relatar la vigilancia sin sentido en un pequeño trocito de Mulhouse que realiza Raymond. ¿Servirá para algo? ¿Estará allí, entre esa esquina, el callejón y la tienda de filatelia, la respuesta al misterio de las últimas horas de Bertrand Barthelme?
 
Del portal del número 13 sale una joven de diecinueve o veinte años que llama la atención de Raymond, aunque no sabemos el porqué ni si tiene relación con sus pesquisas sobre su padre. Pero él la sigue y descubre que es camarera en un bar del barrio. La muchacha descubre su interés por ella, pero no le hace ningún reproche, es más, le cita para el día siguiente, el sábado, en otro local, el Johnny's.
 
Los dos últimos días han supuesto una especie de viaje iniciático para Raymond: roba doscientos francos a su madre, roba la navaja de la tienda y persigue a una muchacha por las calles de Mulhouse. Hace cosas que hubieran sido impensables hace unos meses nada más.
 
- Gorski ha quedado esa tarde con Celine, su mujer, para hablar de su situación matrimonial, pero antes recibe una llamada de su colega Lambert, de Estrasburgo. De repente, Lambert se muestra interesado en la relación que Gorski le plantea entre el accidente de Barthelme y el asesinato de Veronique Marchal. ¿A qué viene tanta urgencia? Por lo pronto se reúnen para comprobar si las huellas de Barthelme coinciden con las que hallaron en el piso de Mademoiselle Marchal y para investigar entre el vecindario, con la foto del abogado en la mano, si alguien lo reconoce como un cliente habitual. Su vecino de enfrente responde afirmativamente.