3ª parte. Hasta el capítulo 6 de la parte 2.

Libro que estamos comentando
Esta semana ha aparecido una noticia que está relacionada con el tema central de "Cadáver exquisito" y que, además, propone una solución a la imposibilidad de comer carne animal. "Cocuus, la startup española está imprimiendo en 3D chuletón vegano y sashimi de salmón. Cocuus ha desarrollado su propia tecnología de impresión 3D para hacer soluciones realistas de alternativas a la carne, utilizando ingredientes de origen vegetal o celular. Y recientemente debutaron con bistec de chuletón impreso en 3D y sashimi de salmón." https://avatarenergia.com/cocuus-la-startup-espanola-esta-imprimiendo/
 
Ya comentamos la inexistencia en la novela de cualquier alternativa vegana que sustituya el consumo de carne en la dieta mundial. Una noticia o una tecnología como esta alejaría la posibilidad de que la antropofagia se convierta en una alternativa legal.
 
Esta parte se inicia con la vuelta de Marcos del desastroso desayuno con su hermana y una parada en el zoológico abandonado. A Marcos esa visión del zoo le relaja, le recuerda las visitas con su padre. Le hubiera gustado enseñárselo a su hijo si este no hubiera muerto. Su muerte supuso la separación con su mujer y la imposibilidad de rehacer su matrimonio.
 
Las suspicacias con la posibilidad de que los cadáveres fueran derivados al mercado negro de la carne hizo que a su hijo lo incinerara en un ataúd trasparente, con el consiguiente desgarro emocional de su esposa, Cecilia, que no pudo soportar la escena y quebró su conciencia emocional.
 
En el serpentario del zoo descubre una camada de perros sin sus padres, cuatro cachorros a los que Marcos pone el nombre de los cuatro miembros de los Rolling Stones. Es algo excepcional encontrarse con animales, y más hacerlo con cachorros. Ríe y llora en silencio. Es un recuerdo de lo que fue el pasado, de la inocencia por una especie que casi ha desaparecido. Mientras está con los perritos no piensa en el virus; de hecho, durante toda la novela sobrevuela una idea de que todo es una estrategia de los gobiernos para controlar la población mundial.
 
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"Algunas personas empezaron a vandalizar las esculturas urbanas de animales. Muestran a un grupo de personas tirándole pintura, basura y huevos a la escultura del toro de Wall Street."
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Además de la nostalgia de un tiempo perdido, Marcos recuerda a sus dos perros de los que tuvo que deshacerse, igual que el resto de la población con todas sus mascotas. Sus perros mantenían una especial relación con su padre y su desaparición ahondó aún más los problemas mentales del anciano.
Durante la vuelta a casa decide que tiene que dedicar un tiempo a mejorar las condiciones de la hembra y su habitáculo. Tendrá que lavarla y quitarle toda la mugre que ha acumulado en el galpón. Mientras la lava, descubre su fragilidad, la ve casi traslúcida, "la ve completa". Tanto que empieza a dejar de verla como un animal. La escena acaba con una frase inconclusa: "Lo que quiere hacer está prohibido. Pero lo hace".
 
Marcos pone nombre a la hembra, Jazmín, y comparte su vida con ella en su casa, teniendo cuidado con que no trascienda su relación. Los contactos entre humanos y los seres destinados al matadero están terminantemente prohibidos, por lo que si las autoridades se enterasen, acabarían ambos, Marcos y Jazmín, sacrificados y preparados para ser comidos. Además, Jazmín espera un hijo, algo que transforma la vida de Marcos y le da una nueva esperanza. Ella se va acostumbrando a los ruidos de la casa, a la comida y a las ropas con las que él la viste. Por ahora, no quiere pensar en las dificultades que con seguridad surgirán cuando el bebé nazca.
 
En el Frigorífico Krieg reciben a los representantes de la Iglesia de la Inmolación, una secta que admite que cualquiera de sus miembros voluntariamente ofrezca su vida para que su cuerpo, después de pasar por todo el proceso dl matadero, se destine al consumo humano. Es un claro ejemplo de que el canibalismo, además de ser legal, se puede convertirse en un acto casi religioso. Ni el dueño del Frigorífico ni Marcos prestan demasiada atención a la Iglesia de la Inmolación. Los soportan como un mal menor con los que tienen que conseguir que molesten y alteren lo menos posible el trabajo del Frigorífico.
 
Finalmente, Marcos realiza la visita al coto de caza de Urlet, un personaje, como todos a los que conoce en esa instalación, con una actitud execrable e indigna de la naturaleza humana. Ellos no cazan cabezas para alimentarse, sino para satisfacer sus instintos más bajos y depravados.