3ª parte. Hasta el viernes 21 de abril.
Libro que estamos comentando
¿Cómo se aprecia mejor ABRIL ROJO?, ¿desde una perspectiva histórica o desde la perspectiva de la novela negra? La novela se inició con el descubrimiento de un cadáver, continuó con el interés del fiscal Félix Chacaltana por descubrir la verdad y en esta tercera parte la investigación se ralentiza y se hace referencia sobre todo a la situación política y social del año 2000, con unas elecciones recién realizadas, el recuerdo de Sendero Luminoso y la celebración de la Semana Santa en la ciudad de Ayacucho que el estado no quiere que sea boicoteada.
En este transcurrir, el fiscal ha sufrido una transformación que le ha llevado, desde la defensa inconsciente de la legalidad, a la adopción de funciones que no le competen. Ante la desilusión por el poco interés de la policia y el ejército por resolver las muertes acaecidas en los alrededores de la ciudad, decide investigar por su cuenta, por el interés de su satisfacción personal, a pesar de los obstáculos que se encuentra por parte del poder oficial.
Dos nuevas muertes en unas condiciones similares a las del primer cuerpo encontrado, el del teniente Cáceres, tienen la rúbrica de Sendero Luminoso, la del ubicuo Justino Mayta Carazo y la del terrorista encarcelado Hernán Durango. Todos los cadáveres, según la interpretación del padre Quiroz, muestran un interés por recear escenas de la Semana Santa (cuerpos clavados, coronas de espinas, puñales en el corazón) que al mismo tiempo se celebra en la ciudad.
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El comandante Carrión también lo entiende muy bien. Con pesimismo y resignación, piensa que el siguiente muerto va a ser él. Sabe que la guerra soterrada contra Sendero Luminoso la tienen perdida si el mecanismo estatal no se implica del todo en la lucha con el grupo guerrillero, en vez de mirar para otro lado para simular que en el país ya no pasa nada tras la captura de los cabecillas del movimiento comunista.
También el fiscal toma conciencia de que puede ser una víctima. Está en el ojo del huracán y todos con los que habla acaban asesinados. En los primeros momentos siente la pistola que le ha dado Carrión como un objero extraño y contagioso, pero cada vez se relaciona con ella con más confianza. ¿La acabará utilizando?
Enseguida se da cuenta de que Ayacucho es una ciudad pequeña, en la que todo se sabe. La evidencia le llega cuando visita al terruco Hernán Durango en la carcel de Huamanga y este le habla de su madre. Es una persona reconocida y vigilada que no pasa desapercibida cuando acompaña a Edith a bailar o a pasear. O la vez que el juez le felicita por su ajetreada vida social, en compañía de Edith
Aunque su relación avanza con pasos cortos, los dos parecen sentirse muy a gusto el uno con el otro. Edith es "el primer cuerpo caliente que se le había ofrecido en años", y eso provoca que Chacaltana demuestre una lascivia que creía perdida.