Tercera parte. Un asunto de estado. Hasta el capítulo 15.
Libro que estamos comentando:
Una novela criminal
Hasta este momento hemos sido testigos del estrambótico e increible, si no fuera porque todo sucede con una fidelidad sorprendente a la realidad, operativo orquestado por la policía, que pone a disposición judicial a Israel Vallarta y Florence Cassez, acusados de pertenecer a una banda de secuestradores, la banda del Zodiaco.
Las primeras sospechas de manipulación de pruebas y de la existencia de torturas se hacen patentes con la emisión en directo del apresamiento de los imputados y con la liberación de las víctimas, una noticia más en un país acostumbrado a convivir con la violencia en las calles y la inseguridad ciudadana.
La retrasmisión televisada añade, aún más, relevancia a una causa determinada por la presencia de la súbdita francesa, para la audiencia mejicana un elemento exótico en la actividada delictiva de esos años.
Pero los acontecimientos, con los imputados en prisión, se complican debido a circustancias externas. El hecho de que 2006 fuese un año electoral tanto en México como en Francia dará una repercusión extra a los acontecimientos. La presión social de los electores, los franceses, tratando que su copatriota, al amparo de los tratados internacionales, cumpla su condena en Francia, y los mejicanos, exigiendo justicia y reclamando su potestad de hacer cumplir con mano dura las decisiones judiciales.
El triunfo de Calderón en México implica desde los primeros momentos de su mandato el intento de recuperar la seguridad pública con métodos a veces poco ortodoxos. Es en esos casos cuando, por decisión gubernamental y por la poca confianza que a los dirigentes les ofrece la policía, el ejército asume el control de la lucha contra el narcotráfico.
Ya en la cárcel, Israel y Florence son también victimas del kafkiano funcionamiento del sistema judicial mejicano y del cambio en sus declaraciones de los principales testigos del proceso.
También en ese momento se produce un paulatino alejamiento entre Israel y Florence. Declaraciones de los familiares e insinuaciones policiales, interesadas o no, provocan que aumente la desconfianza entre ambos.
El 25 de diciembre de 2006 se dicta la sentencia que condena a Florence a un toal de 96 años de cárcel.
En ese momento del relato, Jorge Volpi hace un alto con la acertada intención de aclarar, dentro de lo intrincado que cada vez más resulta la descripción de los hechos, lo que se sabe y lo que no se sabe con certeza del caso. Es el momento de recapacitar y reconocer que en ese momento hay más luces que sombras, más certezas que interrogantes sobre la responsabilidad de la policía en la elaboración los hechos.
En esta parte de la novela que estamos leyendo, Jorge Volpi se centra en lo que ocurre alrededor de Florence Cassez, que por el hecho de ser francesa recibe el apoyo, más velado en los primeros momentos, de los políticos y autoridades de su país.
Personajes como Ingrid Betancourt y miembros de la jerarquía católica interceden ante las autoridades mejicanas para acelerar lo que ya casi se convierte en un asunto de estado para el nuevo presidente francés, Nicolas Sarkozy: la defensa de la inocencia de Florence, la creencia de que, al menos en su caso, ha sido víctima de los errores judiciales y el cumplimiento de su condena en territorio francés.
Afronta la novela ahora los capítulos más reiterativos y aburridos de todo su desarrollo. El ritmo se ralentiza con la sucesión de testimonios y con el ralato de los hechos, que ya conocemos, presentados desde la perspectiva nuevos personajes.
Sigue Volpi siendo tan minucioso como hasta ahora al desarrollar el nuevo intento de las altas esferas policiales para demostrar con nuevas pruebas y testimonios de la implicación y responsabilidad de la pareja Israel y Florence. Con una intención más política que policial el proceso se amplía con las declaraciones de un personaje como David Orozco, que explica de nuevo la responsabilidad y la actuación de la supuesta banda del Zodiaco e incriminando en sus declaraciones aún más a Florence y a Israel.
Las consecuencias de la ofensiva policial implicarán el aumento de la presión sobre la familia Vallarta (tres de sus integrantes son llevados a prisión), la negativa de los jueves mejicanos a aceptar las propuestas de los abogados de Florence en sus recursos de apelación, a que la estancia de Israel en prisión se alargue más de lo que es habitual y a que se produzca un incidente diplomático entre los gobiernos francés y ,al ser incapaces sus máximos dirigentes de rebajar la tensión y llegar a acuerdos que garanticen la soberanía de sus jueces y la protección de sus nacionales.