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Otra vuelta de tuerca: capítulos 7 al 12

Libro que estamos comentando: 
Otra vuelta de tuerca

Hola a todos y todas los que compartimos la lectura de Otra vuelta de tuerca. Ya se han planteado durante los seis primeros capítulos algunos de los enigmas que tocarán resolver en los próximos días. Con la lectura de seis nuevos capítulos, la historia va tomando forma y se abrirán nuevos interrogantes. 

Como ya sabéis la historia empieza en una casa donde un narrador llamado Douglas y otros personajes están sentados frente a la chimenea. Douglas cuenta la historia  que sucedió hace unos años atrás. Dicha historia está escrita en un manuscrito redactado por la institutriz (Douglas solo la tenía impresa) en Londres. La carta está guardada en un cajón cerrado con llave.

En un primer momento es Douglas  empieza a contar la historia y más adelante el narrador es la institutriz.

Hagamos un repaso a los seis primeros capítulos

Capítulo 1: La nueva Institutriz llega a la mansión Bly  Conoce al ama de llaves llamada Grose. Después, conoce a la niña llamada Flora. La niña le enseña toda la casa con mucha confianza y se encariñan muy rápido entre ellas.

Capítulo 2: El director del colegio de Miles les manda una carta diciendo que Miles está expulsaron del colegio. La señora Grose y la institutriz se sorprenden de la noticia. La institutriz le preguntó a la señora Grose cómo era la institutriz de antes y le dijo que era igual de bonita como ella y le dijo que ella estaba muerta pero que no murió en la mansión sino que se fue y nunca apareció.

Capítulo 3: Miles les pareció un niño hermoso y tierno. Mientras pasa el tiempo  en la mansión, la institutriz se sentía muy feliz,  tiene la sensación que no era tan duro el trabajo como creía. Pero de repente, vio desde los lejos (en una torre donde Flora la había llevado por primera vez) a una persona que se le quedó mirando fijamente durante un largo tiempo produciendo en ella dos emociones, una impresión de sorpresa y la otra de violencia (era como un duelo de miradas). Él continuó mirándola y después desapareció. (Era él, Peter Quint, se dirá más adelante quién es)

Capítulo 4: Después de la aparición con ese hombre, la institutriz llega a la mansión y se encuentra a Grose y le inventa un pretexto de porque llegó tarde en vez de decirle lo de la aparición. Un domingo de lluvia que iban a misa, a la institutriz se le olvidó sus guantes, regresó a la casa y vio otra vez a esa persona que se le apareció con una mirada obstinada y profunda. Grose también lo vio y quedó impresionada

Capítulo 5: La institutriz le cuenta a Grose  la aparición del hombre desconocido y le hace muchas preguntas (para saber si ella sabe quién es), le dice que tenía cabellos rojos y crespos cara pálida alargada facciones regulares, patillas rojas, ojos penetrantes, boca grande, de labios finos. Entonces, Grose se dio cuenta que era Peter Quint (excriado de Miles, ya muerto). 

Capítulo 6: Grose no vio nada pero creyó a la institutriz. Le explica que Quint busca a Miles. Se quiere hacer visible ante los niños. Algo ocultan. Quint murió una mañana helada con una herida en la cabeza. La institutriz siente cada vez más que está allí para proteger y defender a los niños.  Un día, fueron al lago la institutriz y Flora y del otro lado había alguien que los veía. Flora había sentido la presencia de “alguien” y eso le provocó terror y miedo a la institutriz.

 Después de lo dicho, sorprenderá que la primera pregunta que lance al aire sea la siguiente: ¿Es Otra vuelta de tuerca realmente una novela de fantasmas? Tras su lectura he de reconocer que no lo tengo del todo claro, enseguida comprobaréis por qué.

A primera vista, la historia que narra Henry James es muy sencilla. Una joven inglesa llega a Bly para ejercer de institutriz de Flora y Miles, dos niños que han quedado huérfanos y bajo la tutela de su tío, dueño de la mansión. Poco después de su llegada descubre que los niños son visitados de forma periódica por un hombre y una mujer… que habían muerto hacía un año. Gracias a la señora Grose, ama de llaves de la mansión, a la institutriz le es revelada la identidad de las dos misteriosas entidades: Peter Quint, hombre de confianza y ayuda de cámara del tío de los niños; y la señorita Jessel, la anterior preceptora de los pequeños. Defender a Flora y Miles de ambas entidades se convierte en la obsesión de la joven institutriz, por lo que hace lo imposible para interponerse entre ellos en la sospecha de que las intenciones de Quint y Jessel para con los niños son perversas.

La historia de lo ocurrido en la mansión de Bly viene precedida por una clásica introducción de los libros de la época. James hace uso de la típica reunión al calor del hogar en la que alguien se dispone a contar la terrorífica historia de turno. 

Empecemos por el principio. ¿A qué vuelta de tuerca se refiere el autor de la obra? Sin duda, a la del terror. Recomiendo que no juzgue esta obra desde la perspectiva siglo XXI, sino desde la de una obra escrita en 1898. Aunque la historia que narra no sea original y recuerde a las clásicas novelas góticas, James tuvo la habilidad de introducir un elemento novedoso en la trama, pues no habían sido muchas hasta ese momento las novelas de terror en las que dos de los protagonistas fueran niños. Esta es una de las claves del éxito de Otra vuelta de tuerca.

Decía al comienzo de esta reseña que albergaba dudas respecto a la naturaleza de los fantasmas que acechan (aquí encajaría aquello de presuntamente) a los niños y que son la causa de los desvelos de la protagonista. Harold Goddard, crítico que allá por los años veinte del siglo pasado estudió esta obra en profundidad, afirmaba que no había encontrado ninguna evidencia de que los niños vieran fantasmas. Goddard llegó a la conclusión de que los fantasmas no existieron más que en la mente enferma y perturbada de la institutriz. No sé si estará en lo cierto, pero es verdad que durante la lectura me asaltó la duda en varias ocasiones y finalizada esta queda un poso de sospecha. Los niños en ningún momento confirman las visiones y la señora Grose es presa del pánico y la aprensión por las supuestas visitas del otro lado, pero de las que ella en ningún momento es testigo. Es más, siguiendo la interpretación de Goddard podríamos afirmar que la señora Grose es víctima de la sugestión que le producen los hechos que narra la institutriz, sean reales o no. 

Ahi os dejo mis dos interrogantes.

¿Es Otra vuelta de tuerca realmente una novela de fantasmas? ¿Los fantasmas existen realmente, o por el contrario, están solamente en la mente de la institutriz?

Os dejo un enlace  en el que se hace una reseña de cada uno de los  personajes de la novela  http://dinora94.blogspot.com.es/2014/01/otra-vuelta-de-tuerca-los-personajes-la.html

Feliz lectura

Alejandro