La señora Dalloway I
Hola a todas y todos, iniciamos una nueva lectura en el Club de Lectura "Alonso Quijano", un libro fantástico: "La señora Dalloway", de Virginia Woolf. Esta autora (nacida en 1882 y fallecida en 1941) es considerada una de las figuras más relevantes del modernismo anglosajón y una de las grandes escritoras del siglo XX. De ella podemos destacar, entre otras cosas, su prosa magnífica y su constante búsqueda y experimentación.
Pero antes de meternos en harina, como es habitual cada vez que empezamos libro, unas cuantas recomendaciones prácticas:
- En primer lugar hablemos del libro. En mi caso voy a leer la edición de María Lozano publicada en Cátedra (colección Letras Hispánicas). En cualquier caso, insisto, buscad una buena edición, a ser posible, crítica.
- En segundo lugar una cuestión de ritmo. Esta semana os propongo la lectura de unas 30 páginas (en mi libro). Mi idea es que tengamos un primer contacto más relajado y luego, poco a poco, podamos ampliar el número de páginas (a unas 50, por ejemplo). Decidme en los comentarios cualquier cuestión que consideréis sobre el ritmo de lectura por semana.
- Los comentarios. Al igual que en los clubes de lectura presenciales estos clubes de lectura virtuales se nutren de vuestras aportaciones. Sentíos libres para comentar lo que os apetezca: lo que os haya sugerido el texto, algún detalle, alguna reflexión, algo al hilo de lo leído, dudas, cuestiones sobre el estilo o la estructura, curiosidades, lo que os ha provocado, otras lecturas que os recuerde... en fin, lo que queráis. Los comentarios no están moderados, pero sólo podemos hacerlos (y leerlos) los participantes del club de lectura.
- Ah, una última cosa, os rogaría que incluyerais una imagen en vuestra cuenta (una foto de perfil), no hace falta que seáis vosotros, vosotras, pero es que si no todos los perfiles salen con la misma imagen por defecto y resulta bastante feo (y confuso).
Esta primera entrada con recomendaciones es algo más larga de lo habitual, espero que también os resulte interesante.
INTRODUCCIÓN
"La señora Dalloway" transcurre en un día de junio en el que la protagonista, Clarissa Daloway, prepara y celebra una fiesta en su casa. Las acciones a lo largo del día, los recuerdos vinculados a momentos del día, los pensamientos, reflexiones y opiniones, de la protagonista y de los demás personajes que van apareciendo entre las páginas del libro, van dando dando un rico espesor literario a la trama de esta novela poderosísima.
SOBRE LA MARCA DE LECTURA
Este libro nos va a plantear un problema que no se nos ha presentado con otros libros: al no estar articulado en capítulos (ni siquiera en bloques de texto) y al tener distintas ediciones los lectores y lectoras del club, vamos a tener que organizarnos de otra manera.
Así que os voy a proponer que establezcamos una especie de medida para calcular bien los tramos de lectura.
Desde el inicio (en mi libro) hasta la aparición de los versos
"No temas más al ardor del sol
Ni a las airadas furias del invierno."
han pasado unas 8 páginas. Calculad cuánto ha pasado en vuestro ejemplar y así podréis saber, más o menos, la distancia de lectura que os estoy proponiendo. Aun así os daré alguna pista relevante donde dejo la lectura esa semana.
Por ejemplo, como os he dicho, en mi edición voy a leer algo más de 30 páginas (desde la 149 a la 182) y detengo la lectura en el momento en el que Clarissa recuerda a Sally Seton y reflexiona sobre el amor entre mujeres.
LECTURA DE ESTA SEMANA
Tengo mi libro lleno de notas porque casi a cada frase (por eso es importante contar con una buena edición que incluya una buena traducción) uno puede detenerse a saborear lo leído.
Hay algunas cosas que me gustaría comentaros de estas primeras páginas.
Es muy interesante cómo se va desarrollando el hilo narrativo: de lo que hace un personaje a lo que piensa, de lo que piensa otro personaje que ve a ese primer personaje a lo que hace, de lo que hace y piensa ese personaje a un recuerdo evocado, del recuerdo evocado al momento presente donde hay algo que le llama la atención, algo que también ve otro personaje y piensa sobre ello... Y así va avanzando la novela, entre distintas miradas (como si el narrador fuera la suma de narradores) que van y vuelven y acaban por regresar siempre a Clarissa.
Por otro lado aparecen muchos contrastes, especialmente en algunos temas como el brillo de los días y lo inane, lo fútil de ese brillo; o reflexiones deslumbrantes que se apoyan en estos contrastes (o en puros contrarios del) tipo: como disfruta construyendo se aplica en destruir, o como ama la vida bebe su destrucción. En este sentido hay también bastantes ejemplos de la futilidad de nuestros empeños: el ejemplo claro es el del mismo avión que sobrevuela londres escribiendo publicidad en el aire, letras que se desvanecen (quién sabe incluso si es una reflexión al propio trabajo de escribir de Virginia Woolf), ese esforzado trabajo de escribir en el aire para quedar en nada. O, por ejemplo, el empeño por saber quién va en ese coche con cortinilla (¿la reina?) que luego resulta no ser tan interesante porque cualquier despiste nos lleva la atención hacia otro lado o porque, realmente, ¿tanto importa quién va ahí?, ¿en eso, de verdad, ocupamos nuestro tiempo, en pensar en cosas tan inanes?
Me deslumbra a cada paso el rico espesor narrativo, cómo en la urdimbre de la novela se tejen capas diversas de historias y cómo va progresando la acción al mismo tiempo que se nos lleva hacia atrás o se nos anticipa qué puede ocurrir por ejemplo, en estas treinta páginas y muchas referencias a la muerte, ¡en un brillante día de junio en el que vamos a comprar flores y a celebrar una fiesta y van cayendo miguitas de muerte por el texto!, y mientras se dice que Clarissa ama la vida (p. 151) podemos leer cosas como: "sintiendo (...) que algo terrible estaba a punto de suceder" (p. 150), "Todo ello tenía que continuar sin ella; ¿le dolía; o es que no resultaba un consuelo creer que la muerte era el fin absoluto?" (156), "Séptimus había dicho <<me voy a matar>>" (p. 163), "Si por ella fuese, ¡mejor sería que estuviese muerto!" (p. 170), "quizás separándose para siempre" (p. 173), "El vetíbulo de la casa estaba fresco como una cripta." (p. 176)... y estas son sólo algunas referencias.
Otro tema bien interesante es la mirada de la mujer con respecto a la relación con hombres y mujeres. Aquí van algunos ejemplos para que entendáis lo que quiero decir (y con esto termino, que comenzamos con una entrada muuuuy larga). Por ejemplo, está pensando Clarissa: "en el matrimonio debe haber cierta libertad, un poco de independencia entre personas que viven día tras día en la misma casa; Richard [su marido] se lo daba, y ella a él. (...) Pero es que con Peter [un ex novio] todo tenía que compartirse; había que hablarlo todo. Y eso era intolerable." (p. 154) Y esto contrasta, por ejemplo, con la demanda de Lucrezia, la esposa de Séptimus, porque él no se daba cuenta de nada o no la necesitaba para ser feliz (pero ella sí le necesitaba a él para ser feliz): "¿Que estrenaba un cuello de vestido? ¿Que estrenaba sombrero? Él nunca se daba cunta; y era feliz sin ella. ¡Nada sin él la hacía feliz! ¡Nada! Él era egoísta. Así son los hombres." (p. 170)... bueno, y unas líneas más adelante cuando la alianza se le mueve porque se le ha quedado grande. Es que es magnífico.
Y, como os decía, terminamos la lectura en las reflexiones que le provoca a Clarissa el recuerdo de Sally Seton y las maravillosas descripciones del deseo: "en algunas ocasiones era incapaz de reseistir se al encanto de una mujer (...) ella sentía, sin lugar a dudas, lo que los hombres sienten. Sólo por un instante; pero era suficente. Era un súbita revelación, una especie de excitación como un sofoco que tratabas de contener pero conforme se extendía no te quedaba más remedio que entregarte a su movimiento y te precipitabas hacia el final y allí te ponías a temblar y sentías que el mundo se acercaba hincahdo con un significado sorprendente, con una especie de presión que te llevaba al éxtasis, porque estallaba por la piel y brotaba y fluía con un inmenso alivio por fisuras y llagas." (p. 179)
Pasad una feliz semana de lectura.
Os leo en los comentarios
Pep Bruno