Hasta "Una copa dorada llena de limones amargos"
Queridas viajeras, queridos viajeros:
Continuamos viajando por los paisajes, la historia y las peculiaridades de los cítricos. En una de las tantas reseñas que podemos encontrar en internet he leído que El país donde florece el limonero es un libro que contiene muchos libros: de viajes, de historia, de gastronomía, de crítica social... Y es que, a estas alturas, creo que esta obra se merece una relectura pausada de aquellos capítulos que más nos atraigan y, casi sin duda, una segunda lectura de toda la obra. Son tantos los personajes históricos, las villas, los enclaves, las variedades de cítricos, las obras de arte... que el lector puede perderse. Llegados a este punto, respiremos, escojamos (del frutero de nuestras cocinas) una mandarina o, tal vez, una naranja (discrepo, en España los cítricos son fabulosos), y continuemos viaje, observando su delicada estructura reticular, degustando su sabor fresco, percibiendo su perfume.
Esta semana leemos y comentamos desde Un día en Amalfi hasta Una copa dorada llena de limones amargos, y me pregunto, lectores, lectoras, si os ha ocurrido lo mismo que a mí. Es cierto que la belleza de Amalfi, sus limones de sabor suave cultivados en terrazas con esos complicados andamios, sus recetas sorprendentes (ese digestivo con café molido y azúcar sobre una rodaja de limón me ha dejado perpleja), y ese empeño en seguir cultivando limoneros pese al poco rendimiento y al abandono de muchas familias de las casas y los huertos, es atrayente. Uno quisiera estar ahí, bajo los limoneros, aspirar su fragancia mientras el paladar sufre (porque el mío, al menos, sufre al pensar en el ácido cítrico... ¿os pasa?), pero enseguida queda cautivado o, al menos, interesado, en Sicilia, los cítricos y su relación con la mafia.
En las películas antiguas de marinería, las típicas en blanco y negro de sábado por la tarde, era raro que no apareciese el escorbuto, la terrible enfermedad que afectaba a los navegantes que no podían consumir frutas, ni verduras frescas en sus largas travesías. Conocer que Sicilia, que Italia, exportaba cítricos a la Real Armada Inglesa y que ese fue el germen de su popularización (con todos los problemas que eso conlleva: especulación, bajada de precios, trapicheos con el agua de los pozos, extorsión y el pizzo, ese impuesto de protección o, mejor dicho, de no agresión...). Y, luego, las rutas a EEUU, que después se aprovecharían para introducir las drogas que los clanes mafiosos de Sicilia cortaban en sus grandes fincas, en sus paradisi...
Me ha parecido casi poético cómo la naturaleza procede a crear milagros... la historia de ese valiente que no claudica ante las amenazas de los mafiosos y se niega a pagar, pero que al final, viendo a sus limoneros languidecer por falta de agua, cede, y los árboles florecen, inopinadamente, regalando una nueva cosecha de limones verdes, pequeños y colmados de jugo, en pleno agosto. Ideales para los sorbetes de verano.
La Conca d’Oro, la Copa de Oro que es el valle en cuyo regazo se ubica Palermo, rodeado de montañas y mar, con ese cinturón verde de paradisi que ahora casi no existe..., ¿cómo debería ser? Menos mal que tenemos el cuadro de Lusieri (la pintura que encabeza esta entrada).
Me gustaría que, si os apetece, compartieseis aquello que más os ha llamado la atención. Es tanto lo que comparte Attle, son tantos los detalles, las anécdotas y las peripecias históricas, que estoy segura de que para cada uno de nosotros será diferente.
Como de costumbre, os dejo por aquí algunos enlaces que pueden resultar curiosos. ¿Habéis encontrado algún otro que sea interesante? Seguro que al leer, habéis sentido el impulso de buscar, de ver, de indagar, de escuchar...
- Los limoneros de Amalfi: vídeo 1 y vídeo 2
- Vincenzo Corrado y su libro de cocina Il Cuoco galante
- La valle del Mulini, Amalfi. Vídeo.
- Palermo. Vídeo
- Italia, sueño de juventud (artículo sobre el viaje a Italia de Goethe)
- El Grand Tour, UNED. Vídeo
- Muhammad Bin Hasan Al-Baghdadi
- Jardín Botánico de Palermo
- Castello de Maredolce
- Villa Spedalotto
- La Conca d’Oro. Palermo
- Bagueria y Villa Pallagonia
- Giovannni Battista Lusieri
- James Lind y el escorbuto
- Albert Szent-Györgyi
- El sorprendente y estrecho vínculo entre los limones y la Mafia en Sicilia
Por cierto, ¿os hubiera gustado realizar El Grand Tour? ¿Creéis que de esos largos viajes se deriva el turismo de hoy en día?
Os dejo este pódcast de Hoy en El País, en el que se reflexiona sobre si viajar o no... porque hay personas (aún pocas, creo) que han decidido dejar de viajar.
¿Nos leemos?