El asno de oro, 4-7
Hola a todas y todos, seguimos con esta lectura que, espero, estéis disfrutando. Casi estamos empezando cuando ya hemos cruzado el ecuador del libro y, como quien dice, encaramos la recta final. Esta semana os propongo la lectura de cuatro capítulos, del 4 al 7, ambos incluidos, unas 85 páginas en mi edición.
Vamos al lío
ESTA SEMANA
Ya tenemos a Lucio transformado en asno y vamos a vivir una primera tanda de aventuras bastante desafortunadas. Creo que este momento me recuerda mucho al Lazarillo y al Quijote, especialmente en los momentos en los que uno no puede parar de reír y, al mismo tiempo, siente lástima por lo que le está sucediendo al protagonista. El asno de oro no tiene esos pasajes desopilantes que sí podemos encontrar en otras obras clásicas, o tal vez sí los tiene pero no sabemos verlos porque, tal vez, el humor ha cambiado en estos dos mil años.
Fijaos, en estos capítulos, en el peso de las historias intercaladas (igual que ocurría con la primera parte de El Quijote): lo que le ocurrió a los ladrones que tuvieron mala fortuna en sus malas acciones, o el cuento que cuenta la vieja a la joven cautiva, por ejemplo. Por cierto, esta historia de amor, la de "Psique y Cupido" (o "Eros y Psique"), que ocupa un buen puñado de páginas, es uno de los momentos más destacados del libro. Es, de hecho, la primera vez en la que se registra este cuento tradicional por escrito, y lo hace de manera muy hermosa. ¿Os suena la historia?, ¿reconocéis algún motivo de ese cuento entre los motivos habituales de cuentos tradicionales?, es más: hay variantes de este cuento que se siguen contando hoy en día en muchos lugares. ¿No os parece fascinante? No voy a hablar de "Eros y Psique" para ver qué os ha parecido y qué os ha recordado/sugerido (en los comentarios).
Es interesante ver cómo, igual que el Quijote era una parodia de los libros de Caballería, este libro también puede interpretarse como una parodia (entre otras cosas) de los sagrados mitos clásicos, como si fuera un acercamiento de lo mitológico al terruño, a la vida (y la realidad) de quienes contaban esos mitos. Valga como ejemplo este párrafo breve: "todos creeremos que Frixo surcó la aguas en un cordero, que Arión se salvó montado en un delfín, y que Europa cabalgara sobre un toro. Porque, si es verdad que Júpiter se transformó en toro, también puede ser cierto que en mi asno se esconda la figura de un hombre, o de alguno de los dioses." (p. 175)
Pero no sólo hay que ver el libro como una sucesión de historias y cuentecillos, o como las aventuras y desventuras de un asno (nada elevado en comparación de otros metamorfoseados antes que él en la mitología); os propongo que veáis el libro también como un viaje y una metáfora, como si se tratara de una transformación, de un viaje para la expiación. Quizás más adelante veamos si hay alguna pista al respecto.
Por último, veréis que Lucio sufre mucho y está a punto de morir (de las maneras más atroces) en varias ocasiones, pero por lo menos hasta ahora parece que está teniendo algo de suerte (y no sólo de mala suerte, como decíais en vuestros comentarios de la pasada semana).
Os leo en los comentarios,
saludos cordiales y feliz semana de lectura,
Pep Bruno