4 CAVAFIS ANTOLOGÍA
4 CAVAFIS ANTOLOGÍA
Feliz lunes 22 de mayo, personas cada vez más helenas del Club ATRAPAVERSOS:
Comenzamos nuestra cuarta semana en compañía de Cavafis con los apartados ESTÉTICA y POÉTICA, que van desde el poema “En la tienda” (p. 199) hasta “Correspondencias según Baudelaire” (p. 241).
Hoy quiero comentaros algún aspecto de Cavafis sobre su elección del punto de vista, la voz y el tratamiento del tema del poema. Como hemos ido viendo, el poeta se sirve de una historia general para contarnos algo particular. No es nada épico, es decir, no exalta los valores estereotipados, lo convencional. Se dirige más bien hacia lo marginal, los márgenes, aquello que está fuera del centro de atracción. Es muy original en elegir el lugar desde donde mira la historia que quiere contar, su punto de vista, como ocurre por ejemplo “En la costa de Italia” (p. 132), cuando cuenta la derrota de la Liga Aquea con la toma de Corinto por los romanos en 146 a. C., y que supuso el fin de los estados griegos independientes. Esta acción la sitúa en Italia en el momento de la descarga del saqueo de los “Despojos de Grecia, el botín de Corinto”, y no en un momento de la batalla o en la muerte del héroe, por ejemplo.
Además de la elección general de la escena, también suele ser marginal en la elección del personaje; así ocurre que, por seguir con el ejemplo anterior, la derrota se cuenta a través de un joven helénico ya romanizado, en cierto modo indiferente, que lo está viendo todo desde la costa itálica. El poema dice que lo ve con tristeza, por lo que hoy (solo hoy) no es lícito que tenga deseo de placeres. Qué sutil lo plantea: los que tendrían que defenderlo están ya asimilados, pasivos viendo cómo llegan los despojos de la derrota.
Los ejemplos son continuos, ahora me viene a la mente, por la imagen impactante que ha quedado en mí, el poema “Los pasos” de la página 155, en el que se cuenta el fin de Nerón desde el espanto que tienen sus “diosecillos hogareños” cuando escuchan los pasos de las Erinias, “una voz de muerte subir por la escalera” mientras él continúa dormido.
Por último, también quiero comentar a propósito de la voz desde la que cuenta el poeta, y que podría ser el resultado de los dos elementos que acabamos de ver: escenario y protagonista. Ocurre que cuando un personaje habla puede ser su voz hacia fuera a posibles oyentes o un discurso interior; puede ser una voz que habla sobre lo que ocurre en ese momento de la acción o sobre la reflexión del presente del poeta; puede ser un comentario irónico o circunstancial o bien una máxima de alcances filosóficos. Referido a este tema de la elección de la voz, tan variada en Cavafis, desde donde se cuenta el poema, voy a presentar como ejemplo, casi elegidos al azar, cuatro poemas consecutivos:
“Pintura” (p. 201) está escrito en primera persona del singular, desde el trabajo de un pintor, un artista, que podría llevarse al paralelismo con el autor poeta.
En la página siguiente, el poema “Jonio” está en primera persona del plural “aunque rompimos sus estatuas” y se dirige la voz directamente a Jonia, la región helena: “Oh tierra de Jonia, a ti aún te aman” para terminar viendo a un efebo en el horizonte como si fuera un dios.
El tercer poema, “El cortejo de Dioniso” (p. 203), está articulado en tercera persona del singular, en general la voz más narrativa; en él se cuenta la historia de un escultor y sus aspiraciones (como si fuera un poco el cuento de la lechera) mientras se describe lo que está modelando.
El siguiente y último poema que traigo como ejemplo, “Escultor de Tiana” (p. 204), se narra en segunda persona del plural “Como habréis oído…”. La voz está contando a un auditorio imaginario sus obras, su currículo, tal vez a nosotros gente del futuro. Y termina con su obra preferida: un joven Hermes soñado.
…Y así podríamos seguir con todo el poemario observando esa variedad tan interesante de enfoques que tiene el poeta.
Todos mis comentarios son una invitación para que podáis leer desde estos ángulos los próximos poemas, y también aquellos que más os hayan gustado de los que llevamos leídos; porque merece la pena releer, que, como sabéis quienes sois habituales al Club, es una recomendación que no me canso de decir.
En suma, Cavafis se acerca a una historia, la trama del poema desde ángulos originales: el escenario en el que la sitúa, el personaje que lo cuenta y la voz desde donde se cuenta. Comenta Bádenas: “El arte de la escritura cavafiana radica en cómo nos dice las cosas y no en lo que dice. El secreto de su poesía es entonces el tono de su voz”.
Me despido esta semana con el poema último de la lectura, “Correspondencias según Baudelaire” (p. 241). Os hago notar que es un texto “no-canónico” que parte de la traducción que hizo Cavafis del soneto del poeta francés, y que está inserto en él. Si os fijáis, el soneto se encuentra entrecomillado, después de la primera estrofa del poema, que está entre paréntesis, y la última, también entre paréntesis. El texto de Baudelaire comienza: La naturaleza es un templo…, y termina: … el almizcle, el benceno y el benjuí. Os invito a que, si tenéis la posibilidad, leáis el poema del autor francés de manera independiente, os dará otro ángulo de sentido. Además, os recomiendo que consultéis lo que dice el antólogo en la Introducción a propósito de la corriente estética decadentista a la que nuestro autor perteneció (páginas 23-25).
Ya solo me resta desearos una semana llena de belleza y alegres encuentros,
¡Felices lecturas!
Estrella Ortiz