TERCERA PARTE: hasta la detención de Nésterov el 6 de julio
El descubrimiento del cuerpo de Larisa Petrova revela ciertos signos de asesinato ritual. La ropa recogida en un montón al lado del cadaver, la extirpación del estómago, la boca llena de pedazos de corteza de árbol, la cuerda en el tobillo .... Es inevitable pensar que un asesino anda suelto. Además todo coincide con los detalles de la muerte de Arkadi, el niño de su compañero Fiodor, el primero del que tuvo conocimiento Leo.
En su nuevo destino en la milicia, algo más parecido a una degradación o un exilio del centro neurálgico del poder, como es Moscú, Leo paulatinamente se va convirtiendo en un disidente ideológico.
La novela disecciona de forma muy acertada la toma conciencia del protagonista, desde su fé ciega en el régimen hasta su caída en desgracia sin motivos demasiado aparentes. Frente a los dictados de la linea oficial, él no cree que el dificiente mental Varlam Bahinich sea el sospechoso de la muerte de Lena, así que decide buscar más niños asesinados que forma que las investigaciones se reaunden para encontrar al verdadero criminal.
Con este fin consigue convencer a Raisa, su mujer, para que le ayude. E intenta algo similar con su jefe, el general Nésterov, que solo ante las pruebas evidentes de que el asesino no se encuentra entre los habituales cabezas de turco del régimen, los deficientes mentales, los homosexuales, los que viven en la marginación de una sociedad que a duras penas es capaz de satisfacer las necesidades de sus ciudadanos, arriesga su vida y la de los suyos para apoyar el empeño suicida de Leo Demidov.
Tom Rob Smith describe con buen ritmo y convicción la realidad de un sistema judicial que estaba basado en las confesiones y no en la presunción de inocencia. En medio de todo ello a Leo y a Nésterov les toca luchar contra el empeño oficial en una investigación policial sobre las "no" desapariciones y "no" muertes de niños en un territorio climática y políticamenente hostil.
Algún ejemplo en la novela de esta tozudez oficial son la detenciones masivas de los homosexuales de la ciudad de Voualsk o la implicacion de personajes como Varlam Bahinich, Aleksandr, el joven de la taquilla de la estación del tren, o el doctor Tiapkin, todos ellos claramente inocentes, pero implicados por las autoridades hasta su aniquilación.
La investigaciones de Nésterov, tras consultar los registros oficiales de los pueblos de la región, por primera vez dejan constancia de la importanciaa de los crímenes contra niñas y niños: el primer recuento de las víctimas en los alrededores de la vía del tren que transcurre entre Moscú y Rostov asciende a 43 asesinados, más el sucedido al comienzo de la novela, el niño 44.
Entre la trama criminal dos personajes determinan el devenir del argumento de la novela. El primero es el antiguo compañero de Leo y la principal causa de sus desgracias, el psicópata Vasili, que con su odio solo busca la aniquilación de la pareja protagonista. La segunda es Raisa, un personaje que asume poco a poco una importancia de protagonista. Evoluciona desde una existencia pasiva junto a su marido hasta adquirir un estatus de igual a igual en la pareja.