Segunda parte: la caida en desgracia. Hasta lo acontecido el 20 de marzo
Libro que estamos comentando:
El niño 44
Oscuras intenciones son las que presionan a Leo para que denuncie a Raisa, su mujer, por espía.
La confianza de Leo en el régimen y en el sistema policial del que es partícipe se desmorona. Es consciente
de que todo es una trampa orquestada por Kuzmin, su mentor y superior jerárquico, para comprobar si su
fidelidad al Partido se antepone a su vida privada. Es una dura prueba difícil de entender.
Confuso acude a la casa de sus padres para conocer su opinión sobre las alternativas que se le plantean: si
denuncia a Raisa, sus problemas se acabarán, sus padres podrán seguir manteniendo su nivel de vida y una
situación laboral envidiable. Por el contrario, si intenta proteger a su mujer, es consciente de que todo lo
que había sido y conseguido anteriormente no tendrá valor. Su mujer ya ha sido sentenciada y su caida le
arrastrará a él y a sus padres.
Sin embargo él creee firmemente en la inocencia de Raisa y sabe que todo es un complot en el que participa
activamente su subordinado Vasili, un malo de manual.
La confesión de su mujer de que está embarazada apoya su voluntad de no abandonarla a su suerte. Por eso
manifiesta la inocencia de Raisa ante el tribunal que investiga el caso. Pero la suerte de Raisa ya está
echada.
Ahora solo queda esperar a que se produzca, como él sabe muy bien, una detención a altas horas de la
noche y que sus posibilidades de supervivencia aumenten por los cambios políticos que se va a producir tras
la reciente muerte de Stalin.
Finalmente ambos son deportados a Voualsk, una ciudad al oeste de los Urales, un agujero maloliente, una
cloaca de la producción industrial soviética.
El autor dota a la novela de un ritmo vertiginoso alternando los distintos escenarios donde ocurre la trama a
modo de flashes. Saltando de un escenario a otro facilita enormemente al lector el interés por seguir la pista
de los acontecimientos y sus protagonistas. A modo de flash en la misma Voualsk una prostituta se salva
milagrosamente de la agresión de un cliente y encuentra el cadaver desnudo en la nieve de una joven
salvajemente asesinada. Leo intuye que ciertos detalles hacen coincidir su asesinato con el que Leo fue a
investigar al principio de la novela, el del hijo de su compañero Fiodor.
En esta segunda parte, además de la aparición de más cadáveres de jóvenes asesinados y asesinadas, el
argumento se centra en el cambio que se produce en el matrimonio de Leo y Raisa. Lo que parecía una
pareja modélica y con un futuro prometedor, solo oscurecido por la falta de hijos, se descubre como una
farsa en la que ambos participaban por comodidad o compromiso.
Se pone en evidencia que su unión nunca estuvo basada en el amor: Raisa le mintió cuando le dijo que
estaba embarazada, lo hizo para asegurarse que Leo no iba a dejarla en la estacada. Era una especie de
trato en el que él necesitaba una esposa guapa y ella un marido que la protegiera, aunque supiera que si lo
hubiese contrariado, él podría haber ordenado su muerte.
Durante su llegada al exilio de Voualsk la tensión entre ambos llega a su punto más alto. A partir de ese
momento la única posibilidad de continuar su convivencia será si su relación se establece entre iguales, sin
riesgo de dominación o dependencia.
En su nuevo destino Leo pasa a formar parte de la milicia local, aunque en su escalón más bajo. Siente la
verguenza ante su mujer de que la humillación a la que les han sometido ha sido por su culpa, una
venganza de sus superiores.
Pero si Leo piensa que todavía le queda una oportunidad, la aparición de nuevos cadáveres de jóvenes en la
nieve será la causa de que él recupere su dignidad perdida.