Grandes esperanzas, XL-L

Hola a todas y todos, aquí llegan las notas de lectura de la penúltima semana en la que andamos enredados con Grandes esperanzas de Dickens. Para estos días os propongo la lectura de once capítulos, del cuarenta al cincuenta, ambos incluidos, unas noventa páginas en mi edición.
Vamos al lío.
 
CAPÍTULOS XL-L
Primero de todo deciros que esta semana he tenido que parar de leer, me quedé enganchado desde las primeras páginas y cuando me di cuenta llevaba ya casi cien del tirón, pero es que haber llegado al final habría sido unas 170 páginas y se pasaba de largo el ritmo habitual de lectura. Sé que algunas, algunos, me lo agradeceréis, sé que otros vais a pasar de mí y vais a seguir hasta el final como si no hubiera un mañana. ¿Por qué digo esto? Por la sencilla razón de que Dickens ha articulado esta tercera y última parte de manera que se van anudando las tramas, en algunos casos de forma sorprendente (bueno, ya recordáis el último capítulo de la pasada semana, era un anticipo de lo que estaba por venir), pero en todas las ocasiones, va encajando el puzzle de la historia. En algunos casos todo resulta verosímil (y aún sorprende, porque lo tenías delante de las narices y no lo viste venir) pero en otros la cosa resulta un pelín forzada (el capítulo con el que cerramos la semana es un ejemplo donde uno no deja de pensar eso de "bueno, vamos a ver, por favor, esto ya es mucha casualidad..."). En cualquier caso el maldito (o bendito) Dickens nos tiene pegados al libro pasando páginas a galope tendido.
Quizás lo que más sorprende de todos estos capítulos es el lugar que pasan a ocupar algunos de los personajes secundarios (o, incluso, terciarios o cuaternarios): parece evidente que Dickens tenía estas tramas muy ordenaditas en su cabeza antes de empezar con la primera palabra del libro. Y esto, a su vez, da un poco de peso a la historia (sin que resulte pesada, eh), pues esta andaba a paso ligero en sucesos y años, y en la que de pronto descubrimos que cada secuencia, cada detalle, cada capítulo vivido por Pip tenía importancia dentro de la trama.
Por otro lado conocemos a algunos personajes (de los que ya teníamos noticia antes) como la encantadora Clara y su padre Bill Barley (o Serioyhosco para los amigos) y algún otro del que habíamos oído hablar y que mejor no cito para mantener la tensión. Al mismo tiempo, van avanzando otras historias que se trenzan con el hilo principal: tenemos novedades de la señorita Havisham y de Estella; vemos cómo progresa la vida de Herbert; conocemos la (triste) historia de Abel Magwitch... y otras historias que no cuento. Mi boca está sellada.
Además la novela se llena de tensión a partir de la aparición del protector de Pip. De pronto el libro es casi una novela de aventuras y peripecias en las que hay que andar con mucho cuidado por el bien de algunos personajes. Eso le da mucha viveza a la trama y anima mucho la lectura (ya me contaréis si no es así).
En fin, que está la cosa que arde y que espero que os pongáis cuanto antes con el libro porque así yo también me pondré cuanto antes para acabar y enterarme por fin de cómo termina la cosa.
 
Antes de terminar, estoy pensando aprovechar que en estos días se cumplen los 800 años del nacimiento de Alfonso X el Sabio para traer al club de lectura la selección de prosa histórica del rey sabio que hay en Cátedra, ¿os apetecería?, ¿os animaríais? Como faltan apenas dos semanas para meternos con ello, os escribo para saber vuestra opinión.
Pasad buena semana
Pep Bruno