Grandes esperanzas, XIV-XXI
Hola a todas y todos, aquí llegan las notas de lectura para estos días. La cosa está bastante animada en las próximas páginas así que no me he resistido a leer un poquito más de lo que tenía previsto. Vamos al lío.
CAPÍTULOS XIV-XIX
Estos capítulos son los que restan para la conclusión de "La primera etapa de las esperanzas de Pip", tal como el propio autor anota al final del capítulo XIX. Quizás aquí habría que haber terminado la lectura de esta semana, pero no me he resistido a dar algunos pasos en la "segunda etapa" e incluir dos capítulos más.
En estos capítulos conocemos al "viejo" Orlick (viejo de 25 años), ayudante también en la herrería, un personaje propenso a la inclinación, como podréis ver, que además merodea como una sombra a lo largo de todas estas páginas.
Por otro lado hay un suceso dramático en estos capítulos que, de alguna manera, cierra esta primera parte tal como se abre: con los cañonazos en los Pontones por la fuga de algún preso. Pero, mientras en el inicio del libro este suceso marcó una dirección (por lo que parece positiva para Pip), ahora el destino dibuja otro camino para otro de los personajes que hemos tenido en pie en todas estas páginas. No quiero contar más pero seguro que cuando lleguéis al momento donde todo sucede entenderéis qué es lo que quiero decir.
Un personaje que toma un nuevo papel en estos capítulos es Biddy. No os voy a contar el motivo por el que esto sucede (o, más bien, la suma de los dos motivos), pero sí os diré que esta muchacha, al menos a mí me lo parece, da luz a la historia. Y el contraste con Estella es grande. La conversación que mantienen Biddy y Pip una tarde de verano, un domingo, paseando por los marjales, es desoladora. O no. Qué sé yo. Puede que Pip esté ofuscado o verdaderamente enamorado o tenga muy claros sus objetivos en la vida, pero Biddy es, insisto, luz. Este trocito de conversación no tiene desperdicio: "[Pip]: La hermosa joven que vive con la señorita Havisham. Es más hermosa que nadie que yo haya visto jamás y la admiro muchísimo y quiero ser un caballero por ella (...). [Biddy]: ¿Quieres ser un caballero para vengarte de ella o para conquistarla? [Pip]: No lo sé. [Biddy]: Porque si es para vengarte de ella yo diría, pero tú sabes más, que eso lo harías mejor y con mayor independencia si no le hicieras ningún caso. Y si es para conquistarla, yo diría, pero tú sabes más, que no lo merece." (p. 211)
En cualquier caso, parece que hay que tener cuidado con lo que se desea, pues inesperadamente algo ocurre que va a dar un nuevo giro a la trama. Es en este momento (cap. XVIII) cuando conocemos al señor Jaggers. Reconozcamos que su aparición en la taberna de "Los tres alegres barqueros" es estelar, pero la bomba que deja caer cuando habla con Joe y Pip es de esas que te cambian la vida y ponen el mundo patas arriba.
Estos dos últimos capítulos previos al viaje a Londres son muy interesantes y en ellos se nos muestra a las claras (a las clarísimas) el poder del dinero. Uno puede fijarse en el sastre si quiere, pero no hay nada como comparar a este nuevo señor Pumblechook que es capaz de desgastar la mano de Pip de tanto sobetearla.
No se puede pedir más acción ni más vertígo en menos páginas, eh. ¿Qué os han parecido estos capítulos? Yo no he ahondado mucho para no destripar la lectura, pero en los comentarios podemos resarcirnos sin problemas.
CAPÍTULOS XX-XXI
Nos vamos a Londres con Pip, la gran ciudad y su marea humana, sus basuras, sus negocios, su incesante actividad. Hay un giro copernicano en la trama, caemos en la ciudad enjambre, un sitio deshumanizado en el que ni siquiera parece usarse la costumbre de darse la mano (¿verdad, señor Wemmick?), aun así, es posible que detrás de toda esa tramoya nos encontremos a algún aliado. Al menos eso parece el sr. Pocket, con quien terminamos el segundo capítulo, un joven que, quizás, os resulte conocido.
Espero que tengáis una buena semana.
Os leo en los comentarios.
Saludos cordiales
Pep Bruno