Un monstruo viene a verme: Cap. 13 al cap. 18.
Una historia emocionante y extraordinaria sobre un niño, su madre enferma y el monstruo que viene a visitarle. Siete minutos después de la medianoche, Conor despierta y se encuentra un monstruo en la ventana.
Pero no es el monstruo que él esperaba, el de la pesadilla que tiene casi todas las noches desde que su madre empezó el arduo e incansable tratamiento. No, este monstruo es algo diferente, antiguo... Y quiere lo más peligroso de todo: la verdad.
Maliciosa, divertida y conmovedora, Un monstruo viene a verme nos habla de nuestra dificultad para aceptar la pérdida y de los lazos frágiles pero extraordinariamente poderosos que nos unen a la vida.
Capítulo 13: “Colega”
Durante la cena, Conor y su padre intentan conectar, pero Conor se siente incómodo con el extraño acento de su padre, su uso de palabras y frases estadounidenses y sus menciones a su "otra familia" en Estados Unidos. Su padre empieza a hablar de la llegada de Conor a Estados Unidos, lo que le emociona, hasta que Conor se da cuenta de que no será una estancia permanente con su padre. Conor empieza a hablar rápidamente sobre el árbol que lo ha estado visitando, lo que confunde y perturba a su padre. Finalmente, Conor exclama que "no quiere vivir con la abuela". Su padre explica que no hay espacio para Conor en su casa en Estados Unidos y que no quiere desarraigar la vida de Conor: "Sería injusto sacarlo de todo eso". Conor está descontento y se siente rechazado por su padre, pero deja que la conversación continúe con la condición de que puedan volver a hablar de ello cuando su madre mejore. Su padre duda, pero finalmente accede.
Capítulo 14: “Los estadounidenses no tienen muchas vacaciones”
El padre de Conor lo deja en casa de la abuela y le explica que solo estará en Inglaterra unos días más. Conor le pregunta por qué se molestó en venir, y su padre le responde que vino "porque su madre se lo pidió". Conor se aparta del tacto de su padre, y cuando este se ofrece a entrar en casa y hacerle compañía, Conor responde que está "bien solo". De vuelta en casa, Conor tiene una pequeña rabieta y rompe accidentalmente parte del preciado reloj de su abuela. Se horroriza y descubre que las manecillas se han detenido a las 12:07 p. m. El monstruo aparece en la sala de estar de su abuela y califica la destrucción de Conor de "extraordinariamente lamentable". El monstruo dice que su segundo relato tratará sobre "un hombre que solo pensaba en sí mismo [...] Y recibe un castigo muy, muy severo". Conor piensa en su padre y acepta escuchar.
Capítulo 15: “La segunda historia”
El monstruo le cuenta a Conor una historia sobre dos hombres: un párroco y un boticario. El boticario era un anciano que se dedicaba a la medicina tradicional, con mal carácter, era codicioso y cobraba demasiado por sus curas. El párroco era un hombre de Dios que predicaba contra las prácticas del boticario. El boticario quería talar el tejo que se alzaba en los terrenos de la casa parroquial, porque «el tejo es el más importante de todos los árboles medicinales», pero el párroco se negó. Las dos hijas del párroco enfermaron, y al ver que ningún tratamiento las ayudaba, se tragó su orgullo y fue al boticario, ofreciéndole todo lo que quisiera, incluido el tejo. El boticario se sorprendió de que el párroco «renunciara a todo en lo que creía», y lo rechazó. Las niñas murieron y el monstruo destruyó la casa del párroco.
Capítulo 16: “El resto de la segunda historia”
Conor se sorprende de que el monstruo castigara al párroco y no al boticario. El monstruo explica que el párroco "estaba dispuesto a dejar de lado todas sus creencias" en tiempos difíciles, y dice que el párroco debería haberle dado el tejo al boticario la primera vez que se lo pidió, porque habría salvado a innumerables personas. El boticario "era codicioso, grosero y amargado, pero aun así era un sanador", mientras que el párroco era un hombre de fe que la abandonó cuando le incomodaba. Mientras Conor y el monstruo observan la destrucción de la casa del párroco, el monstruo le pregunta a Conor si quiere unirse. Conor, abrumado por la ira, comienza a ayudar al monstruo a destruir la casa del párroco, "desapareciendo en el frenesí de la destrucción" . Cuando Conor está exhausto por el esfuerzo, se da cuenta de que está de nuevo en la sala de estar de la abuela y que "había destruido casi cada centímetro de ella".
Capítulo 17: “La Destrucción”
Conor observa la destrucción de la sala de estar de la abuela: los muebles están "destrozados en pedazos incontables" y el papel pintado ha sido "arrancado en tiras sucias e irregulares". El monstruo ha desaparecido, y Conor no cree que pudiera haber causado tanto daño él solo, pero "tiene las uñas rotas, deshilachadas y doloridas. Piensa en que nadie querría que "un niño capaz de hacer todo esto" viviera en su casa. Entra en shock cuando el coche de la abuela entra en la entrada. La abuela entra, ve la destrucción de la sala de estar y también entra en shock. Finalmente, grita y pasa junto a Conor para romper lo único que Conor no destruyó: la vitrina. Luego va a su dormitorio. Conor intenta limpiar el terrible desastre y oye a la abuela llorar en su habitación hasta altas horas de la noche.
Capítulo 18: “Invisible”
A la mañana siguiente, el padre de Conor llega para llevarlo a la escuela. Su madre ha "dado un giro" , y la abuela tuvo que irse a hablar con los médicos. Cuando Conor intenta disculparse por lo que sucedió en la sala de estar, su padre dice que "van a fingir que nunca sucedió", porque están sucediendo cosas más importantes con su madre. Conor se da cuenta de que no será castigado por lo que hizo. En la escuela, Conor comienza a aislarse de los demás, pero espera a que Harry y sus amigos lo encuentren. Sin embargo, Harry no golpea a Conor. Le pregunta si Conor quiere que lo golpee. Cuando Conor no responde, Harry se aleja y deja a Conor solo, "Como si fuera completamente invisible para el resto del mundo".
Análisis de los capítulos 13-18
La visita de Conor a su padre revela otra faceta de su complicada vida familiar. Conor ama a su padre y se alegra de verlo, pero la visita no tarda en tomar un giro desagradable. Conor comenta varias veces durante la cena sobre el extraño acento y vocabulario de su padre, y Ness usa este detalle aparentemente insignificante para destacar la idea de que Conor y su padre se están distanciando, no solo geográficamente, sino también culturalmente y en sus corrientes de pensamiento. Conor siente un profundo dolor y rechazo cuando su padre le dice que no puede ir a vivir con él a Estados Unidos. Conor se siente a la deriva y no deseado, y su dolor lo lleva a portarse mal en la sala de estar.
El segundo relato del monstruo transcurre en un mundo cambiante y con creencias contradictorias. La vida de Conor atraviesa un estado de cambio similar: no quiere pensar en la vida después de su madre, y mientras lucha por encontrar su lugar con la abuela y su padre, el boticario lucha por adaptarse a un mundo cambiante donde sus remedios ya no son fáciles de encontrar entre los espacios verdes que desaparecen. El relato del párroco sirve como advertencia de que la fe es poderosa y, como dice el monstruo , la fe también es vital para la curación. El caos y la injusticia percibida en el segundo relato enfurecen a Conor, quien una vez más siente que el monstruo le está haciendo perder el tiempo y le habla con acertijos.
Durante la destrucción de la casa del párroco, Conor se siente consumido por la rabia, y cuando descubre que ha destrozado la sala de estar de la abuela, el miedo y la vergüenza lo abruman. Esto señala un cambio en el proceso de duelo de Conor: su ira comienza a transformarse en vergüenza y depresión. Al igual que a Conor le molesta que lo traten como si fuera invisible o diferente debido a la enfermedad de su madre, le molesta que los adultos en su vida no lo castiguen por sus actos. Incluso Harry comienza a retirar su tortura. Conor lucha con la conciencia culpable, y es en este punto de la novela que Ness sugiere explícitamente al lector que Conor quiere ser castigado por algo más que el incidente de la sala de estar. Algo pesa tanto en la mente de Conor que cree que merece sentir dolor, y aunque la verdad no se revelará hasta el final de la novela, el lector puede adivinar que probablemente tenga algo que ver con la pesadilla que se niega a contarle a nadie.
Feliz semana de lecturas
Saludos
Alejandro López